Disrupción (IX)

Borja Morales
Vestigium
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3 min readApr 16, 2018

La fiesta oficial no ha empezado todavía, pero huele ya a calimocho en las calles repletas de vecinos. Al llegar al Ronqui te encuentras con Jorge, Vicente y Miguel, que van por su segunda caña.

— Mira que esperáis… — les dices.

— Igual que los jabalíes con los que te cruzaste. ¿Seguro que no ibas mamado? — ríen.

Pides una cerveza al tiempo que llegan Virginia y Clara. Virginia te da un beso en la mejilla antes de besar a los demás. Clara hace lo mismo pero deja a Miguel para el final. Entre cerveza, sangría y alitas de pollo compartís alegrías y penas.

—¿Sabéis algo de los extranjeros que están en la casa de mi tía? — dices como quien no quiere la cosa.

—Mi madre los atendió en el súper, y casi la dejan sin reservas de alcohol — dice Clara.

— Vaya, mamados como tú — te suelta Miguel con un golpecito en la espalda.

— ¿Sabes si son rubios? — preguntas.

— Mi madre no me dijo nada — dice Clara.

— Son rubios sí. Los vi el otro día cerca de mi terreno, haciendo mediciones — dice Jorge.

— ¿Mediciones? — preguntas intrigado.

— Tenían unos aparatos que zumbaban, como esos detectores de metales que salen en las películas.

— ¿Tiene eso sentido? — le preguntas a Vicente que estudió de energía solar.

— Esos están haciendo de todo menos estudios de energía solar — responde.

— Yo solo diré una cosa, ¡Palomares! — dice Miguel.

— Sí claro, y los hombres de negro también — dice Jorge moviendo su cerveza como un platillo volante.

Tienen que ser ellos los que viste intentando entrar a tu casa pero no te atreves a comentarlo. Seguís hablando unos minutos más hasta que el tema desvaría y aprovechas para ir al baño. Te miras en el espejo roto del Ronqui, levantas la camisa y ves como evoluciona el moratón. Te están apareciendo unas estrías rojas. Al salir del baño, Clara está esperándote.

— ¿Estás bien? ¿Por qué te preocupan tanto esos extranjeros? — te pregunta

— Me preocupas más tú — contestas pasando la mano por tu ombligo.

Notas en su mirada de circunstancias que busca decirte algo, pero no se atreve. Vuelves a la barra y agarras a Virginia de la cintura.

Después de unas cañas tu memoria hará aguas. Del pregón de las fiestas solo te quedará el recuerdo del alcalde a punto de caerse del palco. Bailarás sin vergüenza «Mueve tu Cucu». Lo moverás con Virginia, y también con Clara. Le sugerirás a Virginia escaparos al polígono abandonado, pero ella se negará. Pensarás en proponérselo a Clara, pero tu sentido de la lealtad te lo impedirá. Con suerte llegarás a casa con la energía suficiente para caer rendido en la cama.

Atravesarás una vasta distancia en el mundo de los sueños. Querrás comer, beber, tocar, experimentar. Insaciable. Aparecerá Lady Di y la seducirás. Vivirás con ella sensaciones de las que no se han creado palabras todavía. Le susurrarás en su oído. La llamarás Clara. Transformarás su cuerpo en el de ella. Entonces, surgirán de la noche esos extranjeros rubios que, con una luz ardiente, oprimirán tu ombligo.

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Borja Morales
Vestigium

Me gusta la ciencia ficción, los gráficos por ordenador y los videjuegos. ¡Ah, también me gusta escribir! https://www.borjamorales.com