El Aburrimiento de Dios

Omar Velásquez
Vestigium
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3 min readNov 28, 2023

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Dios, dueño del tiempo, decidió entrar en él para experimentarlo y pronto se aburrió. Decidido a sacar lo mejor de aquella situación, se propuso ser el productor creativo de la creación, tanto de lo que conocemos, como de todo aquello que ignoramos y de tal cuenta, somos.

En la muy entreverada y controvertida trama, incluyó a unos personajes traídos desde fuera del tiempo, a los cuales hacía llamar Arcángeles. Poderosos guerreros que se encargaban de cumplir su voluntad, no porque dios no pudiese encargarse él mismo, sino porque le gustaba ser testigo de las misiones y de las encarnizadas batallas que estos protagonizaban.

De estos trajo cinco, los más famosos: Lucifer, Miguel, Gabriel, Rafael y Canadiel.

Decidió Dios que una rebelión era necesaria para dar sentido a todas las cosas e hizo que Lucifer, un arcángel hermoso y poderoso, se revelara al punto de desafiarle. Mandó entonces a Miguel a someterlo y a arrojarlo de entre sus dominios hacia la Tierra, coronando a este como su principal guerrero. A Gabriel le encomendó toda tarea de mensajería; cada anuncio importante que dios tiene que dar, es el primero en saberlo para luego anunciarlo a los mortales. Rafael se encargó de las sanaciones de las almas atormentadas. Y a Canadiel Dios no le encontró ninguna asignatura importante, de hecho solo lo veía como a alguien que siempre estaba ahí, importunando con preguntas, dando opiniones que no le pedía y estorbando cuando Él dilucidaba nuevos acontecimientos para la creación.

Harto de Canadiel, pero consiente de que no era su culpa estar ahí — tanto como no había sido culpa de Lucifer el revelarse, invitados ambos a formar parte de los designios de dios, sin poder negarse — , decidió darle una tarea y le nombró el Arcángel Guardián del Reloj del Tiempo.

El Reloj del Tiempo, le aseguró, es un reloj de arena que completa su ciclo cada tres años. Está escondido en uno de los puntos cardinales de la tierra, el que representa la justicia y la misión de Canadiel, aparte de protegerlo para que no caiga en manos de cualquiera y el tiempo de la humanidad se termine, es estar pendiente de él para darle vuelta en el preciso momento en que su ciclo concluye, de tal que el tiempo continúe su curso.

Dios quedó muy complacido con aquella asignación. Desde entonces no tiene que aguantar a Canadiel y sus inoportunas palabras y éste, engañado, se sabe un guerrero con una misión importante y un valiente guardián de una de las joyas más valiosas de la creación.

Lo mismo hizo Dios cuando se dio cuenta de que la humanidad no le servía para nada y le aburría. Le regaló diez sencillos mandamientos, le contó a uno de los humanos cómo había formado al hombre del polvo e hizo promesas de eternidad, para cuando la vida en la tierra se termine. Desde entonces Dios descansó de tener que lidiar con las personas y los seres humanos abandonan sus vidas y se matan los unos a los otros creyendo que defienden y pelean para un dios de amor, por miedo al castigo eterno.

Es curioso como algunos de estos abandonados se dedican, hoy día, a buscar el Reloj del Tiempo.

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Omar Velásquez
Vestigium

Las autobiografías me estresan y compartir textos es de las cosas que más disfruto. http://omarvelasquez.blog