El amplificador de recuerdos

Borja Morales
Vestigium
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2 min readMay 27, 2024

El amplificador de recuerdos fue un artefacto nacido de la obsesión de Nicolás García por rescatar y preservar aquello que había sido olvidado. Durante años, trabajó perfeccionando un algoritmo que permitía realizar batidas profundas en el vasto espacio de la memoria humana.

El proceso era errante, difícil de dirigir a un objetivo concreto. Lentamente, resquicios de instantes se registraban y acumulaban, como sedimentos de un río, en capas que al sobrepasar un umbral desembocaban en una experiencia lúcida, coherente sólo para el receptor.

La primera vez que Nicolás usó el amplificador de recuerdos, se vio transportado a su décimo cumpleaños. Las imágenes aparecieron ante él en un torrente suave y vívido de aquel día. Sintió el calor del sol en su rostro, olió el aroma de la tarta de chocolate que su madre había horneado y escuchó la risa de sus amigos resonando en el jardín. Pero la experiencia no se detuvo ahí. En un momento fugaz, al girar la cabeza, vio a su madre mirando con tristeza hacia la casa vecina. Esa sensación se apoderó de él y comprendió un dolor oculto que su madre había llevado en silencio durante años.

Entusiasmado por su descubrimiento, Nicolás invitó a otros a probar el amplificador. Cada persona revivió secretos desfigurados por el tiempo. Una anciana experimentó el primer beso con su difunto esposo. Un joven rememoró una discusión con su padre y, por primera vez, entendió el miedo y la preocupación que se escondían detrás de sus duras palabras. En cada caso, los receptores se sentían transformados por verdades reinterpretadas a lo largo de sus experiencias de vida. Pronto, personas de todas partes deseaban experimentar el amplificador.

Sin embargo, no tardaron en surgir complicaciones. La capacidad del algoritmo de escarbar y amplificar los detalles escondía fenómenos de compleja interpretación. Algunos receptores comenzaron a reportar experiencias perturbadoras para Nicolás. La amplificación no siempre era exacta; en algunos casos, detalles que nunca existieron se mezclaban con los recuerdos. Una mujer revivió una conversación con su hermano fallecido, en la que él hablaba de libros que nunca había escrito. A estos elementos de ficción Nicolás los llamó alucinaciones. El amplificador de recuerdos no solo era una ventana al pasado, también abría puertas a mundos de lo posible. Experiencias increíbles que nunca fueron y que aterrorizaban a Nicolás.

Pero ya era demasiado tarde. La sociedad abrazó con efusión estas experiencias que emborronaban la línea entre lo real y lo imaginado. Las empresas rápidamente se hicieron con la tecnología de Nicolás quien nunca aceptó cómo su creación, destinada a preservar el pasado, había transformado la percepción del presente y cambiado para siempre el futuro de la humanidad.

Esta entrada participa en la convocatoria #relatosResquicios de Divagacionistas

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Borja Morales
Vestigium

Me gusta la ciencia ficción, los gráficos por ordenador y los videjuegos. ¡Ah, también me gusta escribir! https://www.borjamorales.com