Marina Zapperi
Vestigium
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2 min readAug 13, 2021

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EL AUTITO VERDE

Un breve relato sobre lo que una vive como mamá a diario.

Dibujo realizado por Rita Navarro (@o_trocatintas)

Hace unos días estábamos en el balcón con mi hijo que jugaba con unos autitos y, en unos segundos que me distraje, vi que había tirado uno a través de la red blanca que cerraba todo el balcón. Él se largó a llorar, porque “el coche no ta”, y yo lo reté aclarándole que los juguetes no se tiraban, que eso no se hacía, y todo ese repertorio de sermones deslucidos que repetimos las mamás generación tras generación. Él y yo nos quedamos mirando al cochecito verde, volcado de costado, sobre el techo del vecino. Seguía llorando, entonces, agarré un secador de piso, y traté de meterlo por uno de los orificios para alcanzar el auto. Era imposible, a menos que cortara la red. Después traté de unir dos escobillones, con una cinta, pero ese plan fue más peligroso, no sólo que no llegué al objetivo, sino que perdimos el escobillón.

Durante varios días que salíamos al balcón me señalaba el auto y me decía “Se cayó coche mamá”, y yo le respondía que no se había caído, que él lo había tirado, y le repetía que los juguetes no debían arrojarse por la red, y que “mamá no puede buscar el coche, porque está lejos”.

En una ocasión, lo vi observando el auto, quieto, pero no lo señaló, ni me dijo nada. Me agaché al lado de él y lo abracé de costado. Los dos nos quedamos mirando el techo del vecino, y pensé si mi hijo había comprendido el sentido de la pérdida, y si se había dado cuenta que su mamá no era la mujer maravilla.

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