Literatura Mexicana

El hambre

Poesía

Samuel Cracia
Vestigium

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Imagen de Alex Strachan en Pixabay

El hambre no sabe pronunciar su nombre.

El hambre es un niño sin padres
que no ha sido bautizado
ni por dios ni por el estado
ni por los besos ni por las sonrisas.

El hambre jamás ha escuchado
el reflejo de su propio llanto
el hambre tampoco lo necesita.

El hambre tiene su vida
y germina tanto en los parques como en el campo
y aunque a veces crece como árbol
si lo necesita
también se enreda
en las milpas
en los muros de los palacios.

El hambre
tiene un lenguaje
que no comparte con nadie
pero que vive comunicado.

Y en su orfandad
en su exilio
con un alfabeto extinto
imagina palabras.

El hambre es el padre de su soledad
el hambre es la madre de su silencio
el hambre es todo lo que existe en el universo
el hambre desvanece todo
y todo lo puede crear.

El hambre hace metástasis
en el vacío.

Y el hambre
no sabe pronunciar su nombre.

Sólo imagina palabras
con un alfabeto extinto.

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