Es solo un cambio de potrero nomás

Pablo Espindola
Vestigium
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2 min readNov 25, 2020

No creo en la existencia de un cielo donde todos vamos a parar cuando la muerte, aburrida de boyar, nos viene a buscar… pero hoy sí. Hoy quiero que exista ese cielo idílico que los creyentes pregonan entre babas. Hoy corro a un lado mi escepticismo caprichoso con el que juego a diario, con la finalidad de soñar despierto viéndote gambetear con tu zurda y la palabra, al igual que lo has hecho todos estos años inmerso en lo profano. Hoy imagino una horda de ángeles recibiendo al último dios mundano, que suerte ellos que podrán presenciar las anécdotas más brillantes que un mortal les puede regalar.

Genuino sin consecuencias, dios encarnado en lengua filosa, referente cultural universal, hombrecito pícaro, fiel a tus convicciones siempre. Soñador de lo imposible, artista del deporte más hermoso, contradicción gigante, ¡gigantesca!, barrilete temperamental, vulnerable, sensible, intenso, humano… leyenda. La lírica de tus piernas solo se compara con la astucia de tu oralidad, ambas eternas.

Ajenos a tus miserias te han juzgado como si fuesen parte de tu familia. Ciertos herejes te desprecian tan hipócritamente que olvidan mirar la basura de su propio ombligo. Forasteros de crítica satírica, allá ellos. Que te juzgue tu cabeza en este viaje por el universo, como creo que siempre lo ha hecho. Incomodaste y seguirás incomodando. Yo te perdono de ningún mal que me has cometido.

Suscribo a tus alegrías, que fueron para el pueblo, al igual que suscriben millones de argentinos, sin que hayamos pagado un mango. Desconozco la cantidad de kilómetros que hoy separan nuestras almas, pero qué distancia tan amarga…

Hacía un tiempo que no andabas bien; te retiraste de esta cancha para jugar arriba, en el potrero de los querubines entre barro y magia. Yo se que es solo un cambio de potrero nomás.

El 2020 entre sus trotes se guardó este último as, y lo jugó sin misericordia sobre un mundo golpeado que hoy te llora Diego querido. Hoy la pelota no se mancha al igual que tu invención.

Hasta siempre ídolo eterno, argentino y mundial.

“Si me muero, quiero volver a nacer y ser futbolista. Y quiero volver a ser Diego Armando Maradona. Soy un jugador que le ha dado alegría a la gente y con eso me basta y me sobra” (1992)

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Pablo Espindola
Vestigium

Lic. en Comunicación Social UBA. Nos delatamos en sueños. Soy lo que intento hacer con lo que aún están haciendo conmigo. Cualquier excusa es buena para un vino