Es tu vida y tú decides quién quieres ser
Durante mucho tiempo pensé que estaba destinada a ser lo que me había tocado…
Y de repente descubrí que la definición que tenía de mí misma hasta el momento era solo un punto de partida.
Que todos los valores, miedos, debilidades y objetivos eran aprendidos y podía cambiarlos.
Que mi personalidad y comportamiento hasta el momento no eran muros infranqueables, sino el resultado de lo que había experimentado, lo que había oído sobre mí, lo que mis padres decían, lo que viví en el colegio. Los mecanismos de defensa que había aprendido.
Investigar el pasado para averiguar cómo construiste tu realidad y qué hace que te comportes como lo haces hoy, hacer tests de personalidad, enterarte de las tendencias que dictan tu horóscopo y tu carta astral, ¡todo está bien!
Pero no dejes que eso te etiquete.
No dejes que limite quién puedes llegar a ser.
No te conformes con un «es que yo soy así», un «yo nunca podría porque soy tímido», un «no soy bueno para la tecnología», un «es que soy muy orgulloso, como mi padre» o un «es que las piscis somos muy sensibles».
Si quieres ser víctima de tus circunstancias, adelante.
Pero ten claro que NO tienes por qué serlo.
El cerebro es maleable y tu potencial infinito.
Solo tienes que decidir hacerlo.
Te lo digo porque yo lo he hecho y lo sigo haciendo. Era una niña exageradamente tímida. Debido a mi sensación de falta de control viví con anorexia muchos años. Bebía demasiado alcohol para evadirme. Tuve un sinfín de relaciones fallidas. No me veía capaz de crear mi negocio o ganar dinero por mí misma. Huir de país en país era mi manera de huir de mí misma… y aún más.
Siempre he sido luchadora y nunca dejé de buscar una salida. Años de investigación y, finalmente, mi formación en coaching me enseñaron que no era una víctima. Que podía tomar las riendas de mi vida y diseñarla. Que cambiándome a mí, cambia lo que me rodea.
Te lo garantizo.
Hazme caso.
Vuela.
Es TU VIDA y TÚ decides quién quieres ser.
