Escritora incoherente de historias trágicas
Se me hace más fácil tirarme de un edificio de 10 niveles en arnés que describirme en 28 líneas. Protectora de la naturaleza, más realista que optimista. Vivo entre libros, sustituyo el café por té. Mis mejores pensamientos nacen después de las 3:00 de la madrugada. Soy más inseguridad que persona. Sueño con poder hacer miles de cosas y despierto tratando de lograr aunque sea una.
Soy un poco perfeccionista, y vivo aprendiendo de los errores de otras personas, ya que se me está prohibido cometer errores. Vivo con el miedo de morir sin poder conocer ese sentimiento de estar en un lugar donde nadie me conozca, ese sentimiento de libertad. Soy una persona que se forma cada día, mezclando un poco del ayer con un poco del mañana, trato de olvidarme del futuro y enfocarme en el presente.
Unos dicen que soy la definición de ternura mientras que otros dicen que soy la encarnación del mal, yo pienso que soy una terrible mezcla de ambas. Vivo en mi propio mundo, donde tengo el poder de hacer y deshacer, donde escapo cuando la realidad es demasiada (que es casi el 80% del tiempo). Me considero reservada, con los pies en la tierra. Me encanta la sensación de opresión en el pecho, le llaman adrenalina, me hace recordar que estoy viva.
Despierto tratando de unir las piezas de un corazón que por las noches se rompe, con fe en que un día resistirá el dolor que al sol acompaña. Mis deseos se resumen en todo lo que no puedo tener y mis sueños, en todo lo que intento tener. Sostengo los pilares de un castillo en ruinas, cual Atlas al cielo, que desea ser restaurado en medio del caos.
En un intento de escribir un poco sobre mí para ti, lector, me disculpo si creé una confusión. Y agradezco si llegaste hasta acá.
