Hasta el último

Gabriel Garrigue
Vestigium

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Había llegado la noche previa de aquel día tan esperado, la noche sin luna del espíritu. La Mansedumbre se respiraba, como aquella tan nombrada calma antes de la tormenta, ni la hoja más afilada se atrevía a cortar el ambiente que se percibía.

Tupã—¿En qué momento dejamos de mirar la inmensidad del manto estelar? Si es el espejo del alma.

El perder esta memoria debe ser una de las causas. Solo así puedo entender la desconexión que habitamos—reflexionaba mientras caminaba hacia aquel lugar—.

Bajo el gran árbol como le era costumbre, Tupã solía encontrarse con su abuelo, Oberá Pacaraí. Pero esa vez no sería una charla más, esta era una noche especial.

Oberá Pacaraí—Hola mijo, vine a buscarte, llegó la hora de volver a casa—dijo el abuelo con la ternura que lo caracterizaba—.
Tupã—Sí está bien, sé lo que significa—no solo aceptaba sino que elegía su destino ¡que grandeza guardaba el nieto en aquel gesto de humildad!—.

Una pausa de aquellas nerviosas, donde se llega a escuchar el sonido que guarda el silencio que los capturaba a ambos.

Oberá Pacaraí—Bueno a ver, ¿qué me querés decir?—todos los abuelos son medios brujos, esto ya se sabe, y el viejo no escapaba a la regla.
Tupã—Pasa que... Ellos son mis hermanos ¡Yo me los quiero llevar a todos!—una noble tristeza brotaba en forma de lágrimas por su rostro, mientras la compasión se dejaba ver—.
Oberá Pacaraí—Entiendo, yo tuve que pasar por lo mismo, pero no te olvidés, ellos ya tienen la libertad de elegir, y la libertad es la ley más sagrada del Universo—su voz llena de dulzura se fundía en aquél lugar, como si formara parte de todo aquello—.
Tupã—Bueno, entonces me voy a quedar hasta el último—no titubeó, su respiración no se cortó, como con la libertad, en el Universo nunca se escuchó tal convicción—.

El abuelo solo sonrió y el nieto junto con él. El reloj de arena volvió a dar vuelta y con él un nuevo comienzo.

No se fueron a ninguna parte, siguen habitando aquí, con nosotros…

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Gabriel Garrigue
Vestigium

Dejaré que el cuento se cuente, y que me lleve por sus rumbos. Y como fuego soy, eterno y presente, muero y renazco en una misma danza 🔥