Jazz, obsesión y brillo: el apasionante mundo de Damien Chazelle

Este joven cineasta estadounidense ha logrado filmar historias inolvidables y entrañables, como Whiplash o La La Land, que alcanzaron la aprobación de la crítica y el público durante toda su carrera

El prisma de Andy
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Foto Twitter @levmauc

Damien Chazelle demostró que mezclar el swing del jazz con el cine puede ser la clave para convertirse en un exponente prometedor de Hollywood.

Este joven cineasta, que saltó a la fama en poco tiempo por películas como Whiplash (2014) o La La Land (2016), tiene una obra repleta de baile, jazz, obsesión, drama y estrellato. Un estilo que conecta el espíritu del cine clásico con el público contemporáneo.

Nacido el 19 de enero de 1985 en Rhode Island, Estados Unidos, desde temprana edad tenía sus objetivos claros: trabajar en el cine. Aun así, su pasión en el bachillerato fue la música, tocar batería para ser preciso. Así que fue aprendiz de este instrumento. Aunque se trató de un etapa pasajera esta experiencia construyó la temática que usaría como emblema durante su carrera cinematográfica.

Guy y Mandeline | Foto Archivo

Al culminar la Universidad de Harvard, Chazelle realizó su primer largometraje, Guy and Madeline on a Park Bench (2009). Musical en blanco y negro que narra el amor y desamor de una pareja. La ópera prima del director, además es el punto donde converge sus dos pasiones: el jazz y el cine.

El cineasta incorpora aquí la estética y el ritmo de este género estadounidense, de finales del siglo XIX, con el enfoque creado por MGM en la primera película musical La melodía de Broadway, de 1929.

Con un trompetista de jazz como protagonista (Jason Palmer), la película contiene performance de música en vivo que se compaginan con nostálgicas coreografías de baile hollywoodenses. Este animado festín de talento, con un reparto carente de experiencia actoral, ondea por encima de los desaciertos del romance realista de Guy y Mandeline.

Otro elemento destacable es la banda sonora compuesta por Justin Hurwitz. Creador de la música de casi todos los filmes de Chazelle, se conocieron en la Universidad de Harvard donde compartieron habitación y también tocaban juntos.

Durante su gira por festivales Guy and Madeline on a Park Bench mereció los aplausos del público y la crítica de Tribeca, Turín, Praga, entre muchos otros. Chazelle ganaba un espacio en las grandes ligas.

Luego de este musical Chazelle prosiguió su carrera como guionista durante 2013 en El último exorcismo parte II y Grand Piano, filme con el que vuelve a tocar el tema de la música. Sin embargo, un año antes, en 2012, concibió la historia que marcaría su carrera.

Whiplash, tuvo sus inicios como un guión rechazado, pero con un potencial latente. Aunque antes de dar el salto a la pantalla grande debió salir como un corto de 17 minutos para encontrar financiamiento. La atrapante actuación de J.K. Simmons y la interesante primicia del fragmento cumplió su objetivo.

La cinta, estrenada en 2014, cuenta el asfixiante camino de un joven estudiante de batería (Miles Teller) que pretende consolidar su carrera en la banda de Jazz del atemorizante maestro Terence Fletcher (J.K. Simmons). Este último, inspirado en un profesor real que tuvo el director, es la pesadilla de cualquier aprendiz. Su agresiva y ofensiva forma de pedagogía que lleva al extremo al protagonista, lo vuelve uno de los antagonistas mejor realizados de los últimos años, sí un director de orquesta. Simmons, con este personaje ganó numerosos reconocimientos, incluido el Oscar a Mejor Actor de Reparto.

Miles Teller y J.K. Simmons en sus papeles de Whiplash | Foto Blumhouse

Asimismo, el culpable de todos los perjuicios es Andrew (el protagonista), quien tiene una obsesión más allá del raciocinio. La meta por ser un baterista legendario se vuelve un acto de autoflagelación. La sangre del sus dedos que rebota en el metal de los platos y sus posteriores vendajes son una simbología de ese sufrimiento. Pero los sucesos que recorre durante el rodaje vuelven a una típica historia sobre “seguir los sueños” en una épica cinta de acción donde no hay pistolas ni espadas sino un par de baquetas.

Esta historia, que se complementaba con su dinámica de cámara, iluminación, temperatura y la banda sonora de Justin Hurwitz, terminó ganadora de tres premios de la Academia, y quedó en el recuerdo de muchos por la potencia de la actuación en su tramo final.

Andrew sufre par cumplir su objetivo como baterista | Foto Foto Blumhouse

Luego de su primer gran éxito Chazelle tenía otro haz en la manga. La La Land (2016), quizás puede pasar por la versión definitiva de Guy and Madeline on a Park Bench, es una cinta que pretende llevar al espectador a una época donde el cine era 100% sinónimo de magia. De nuevo una historia sobre dos personas, esta vez en la ciudad de Los Ángeles, Mia (Emma Stone) quiere ser actriz y Sebastian (Ryan Gosling), quiere montar un club para mantener vivo el legado del Jazz. Más lejos que cerca de sus sueños, encontrarán una nueva ilusión cuando cruzan su camino, el amor.

La película es una historia de amor y sacrificio | Foto Lionsgate

Cinta recordada por muchos por el polémico error que protagonizó en la entrega del Oscar cuando fue convocada para llevarse el premio a Mejor Película, cuando realmente era Moonlight la ganadora. No obstante, su mérito no se limita a un escándalo, es una pieza hermosa.

Su producción grandilocuente volvió a posicionar la mirada del director en los famosos musicales de la primera mitad del Siglo XX. Una mirada al sueño del estrellato en las calles de Hollywood, pero también del sacrificio que representa para muchos seguirlos y encontrarlos.

Escenarios al estilo del cine musical clásico | Foto Lionsgate

Ryan y Stone tuvieron que aprender a bailar para representar sus papeles, un trabajo arduo de tres meses bajo el tutelaje de Mandy Moore. Asimismo Gosling tuvo que aprender piano, una rutina de cuatro horas diarias. La música de La La Land volvió a ser compuesta en su mayoría por Justin Hurwitz.

Foto Lionsgate

Además de la gran preparación, la cinta representa el espíritu de la ciudad donde fue rodada, los colores en alta saturación, escenarios oníricos cuando los personajes se hayan en una total introspección, y manejo ejemplar de conflictos actuales bajo una aureola de bellas e intensas emociones.

La La Land volvió a enviar a Chazelle y a su equipo a lo más prestigiosos premios de la industria. Se llevó 6 de las 14 nominaciones por las que competía en el Oscar, entre ellas Mejor Director, así el cineasta pasó a ser el más joven en ganar ese galardón. Además de la aprobación de la crítica y la taquilla.

Emma Stone, Damien Chazelle y Ryan Gosling | Foto Archivo

Meses antes del estreno de La La Land el cineasta colaboró en el guión de 10 Cloverfield Lane, claustrofóbica secuela de suspenso de Cloverfield (2008). En ella una joven aparece en un búnker tras un accidente de auto. Su presunto captor asegura que la salvó de una supuesta invasión alienígena que azota a la humanidad. Tras esta historia sobre seres del espacio Chazelle comenzó a trabajar en una producción donde el hombre es quien se propone a salir de su planeta.

Firts Man (2018), es la primera película del cineasta donde la música no mantiene la historia. Con Ryan Glosing, de nuevo, en el papel principal, cuenta el detrás de cámara del protagonista del alunizaje de 1968, puntualmente la vida de Neil Armstrong.

La historia sigue a Neil Armstrong durante la misión del Apolo 11 en 1968 | Foto Universal Studios

Basada en el libro First Man: The Life of Neil A. Armstrong, la cinta convierte los hechos ocurridos con el Apolo 11 en un poema agridulce sobre la vida. No busca recrear la conocida misión, tampoco aderezar los hechos con ficción, solo quiere mostrar el sufrimiento y los miedos de quien pisó por primera vez la corteza lunar. Un personaje que durante su carrera como astronauta debe lidiar con percances de gran escala. En la cinta el viaje a la Luna no es un fin sino un medio para alcanzar los objetivos de un hombre, una obra de introspección.

Por su particular enfoque Firts Man terminó siendo menospreciada por muchos. Incluso en Estados Unidos se viralizó una protesta contra el supuesto “antiamericanismo” del filme por no mostrar plano alguno de la bandera estadounidense en la superficie lunar. Aunque sin ahondar en la naturaleza del motivo, la cinta no tuvo gran reconocimientos en la temporada de premios como sus predecesoras. Sin embargo, logró competir en cuatro categorías técnicas en los Oscar donde se quedó con la nominación a Mejor Efectos Visuales, quizás su apartado más novedoso.

First Man es una obra de introspección, quizás la más personal de director | Foto Universal Studios

El pasado 8 de marzo Damien Chazelle, dio un nuevo paso en su carrera, se estrenó en las plataformas digitales. The Eddy, significó su debut en Netflix, realizando dos de sus ocho episodios. Esta serie escrita por Jack Thorne (Harry Potter and the Cursed Child) sigue la vida del dueño de un club de jazz en París, que era anteriormente un destacado músico en Estados Unidos. Luego de un suceso trágico se pondrá a la vista un grupo de situaciones que moverán la vida de todos los personajes.

Un París cosmopolita y multicultural | Foto Netflix

Un retrato alejado de sus obras anteriores, con tintes policíacos, que muestra un París oscuro, pero a su vez, una ciudad cosmopolita y multicultural. La serie se rodó en tres idiomas, resaltando la verosimilitud de su trama, con una dinámica de cámara que maneja la tensión y crea intimidad con el espectador.

La música, compuesta por Glen Ballard y Randy Kerber, vuelve a ser tangible e imprescindible. Magnificas líneas de jazz mueven y avivan la historia, aunque también se sienten largas e incluso innecesarias a momento, se disfrutan en cada capítulo.

La serie contiene muchas escenas donde el jazz es parte del ambiente | Foto Netflix

Aun así puede que The Eddy no logre atrapar a todos, con algunos desenfoques en el argumento y tramos tediosos.

Luego de su reciente debut en el streaming, Chazelle ya planea su próxima producción. Babylon, un filme poscovid-19, tratará sobre la transición del cine mudo al sonoro, y seguramente el comienzo del musical. Para esta faena que recuerda a La La Land, el director contará con Emma Stone, como la clásica actriz Clara Bow, asimismo, Brad Pitt será un actor al que los cambios en la industria de entonces no le favorecen. Aunque aún no exista más detalles sobre la película, se sabe que estará bajo el sello de Paramount Pictures y se espera su estreno para enero del 2022.

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El prisma de Andy
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Periodista. Hablemos de cine, cómics y cultura pop. También escribo poesía y en ocasiones ficción.