José María Arguedas abraza a su gatito

Literatura y antropología

José María Arguedas:

Un escritor de culto

Gabriel Arriarán
Vestigium
Published in
20 min readApr 6, 2024

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18 de enero de 2011

Hay momentos en la historia en que el presente está preñado de muchos futuros posibles. José María Arguedas se suicidó en uno de esos presentes, en el cuarto de hora en que el Perú pudo ser distinto, tal vez incluso, mejor, “en ese ángulo que abrió espacio a la extinción de los latifundios, que sentó a los obreros en los directorios de las empresas”, “en el pico histórico de los ingresos personales y el auge máximo de la clase media profesional formada en los colegios fiscales y las grandes unidades escolares”.

Hoy, que en el Perú se celebra el centenario de su nacimiento, el recuerdo de Arguedas ha sido transformado en el espíritu de un viejo antepasado, el dios de una antigua religión caída en desgracia, ahora transformado en demonio, cuya furia es necesario aplacar. El fantasma, la reliquia o, para utilizar un término culturalmente más apropiado, la huaca de Arguedas, reclama la adoración de un país ensoberbecido por su nueva prosperidad, un país que olvida en formas rituales como ésta, las enormes contradicciones que lo aquejan. El andahuaylino es el personaje en quién se proyectan las decepciones, la impotencia de una comunidad académica, de una facción política y de una generación; un doble a quién se achaca haber…

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Gabriel Arriarán
Vestigium

Escritor, periodista, antropólogo, no necesariamente en este orden. Tengo problemas con la autoridad.