Lo que las neurociencias me enseñaron sobre la moda

El misterio detrás de nuestros hábitos en el consumo de moda

Ya lo sé, hay un montón de motivos por los cuales evadir el tema, múltiples razones para seguir actuando y consumiendo como lo venimos haciendo hasta ahora, de la forma que aprendimos y que nos enseñaron.

Somos criaturas de hábito, una vez que nuestra mente está programada para responder de determinada manera, pedirle a nuestras neuronas que establezcan nuevas conexiones implica un enorme esfuerzo. Y evitar repetir el mismo patrón para dar lugar a la manifestación de otra realidad parece imposible.

Es por esto que se me ocurrió que las neurociencias nos dan una explicación bastante completa a la pregunta de por qué cuesta tanto cambiar, aun cuando somos conscientes de la necesidad de ese cambio. Y esto aplica para todos los aspectos de nuestra vida y para todos los vínculos que establecemos: con nosotros mismos, con las personas, con las cosas.

En el marco de los temas que tratamos en este blog, las neurociencias nos sirven especialmente para entender por qué es tan lento el proceso de cambio hacia un vínculo distinto con nuestra ropa, una vez que somos conscientes del problema.

Es cierto que existen múltiples barreras muy racionales: La idea de que «lo sustentable» impacta más en nuestro bolsillo y la dificultad para conseguir prendas y accesorios que cumplan con este requisito, puede que hoy sea, aunque no siempre, una realidad. Asociamos todo el tema de la sustentabilidad con un esfuerzo extra, con tener que reaprender las opciones disponibles y con tener que revisar nuestros hábitos y, con ellos, lo que valoramos.

Pero a medida que estos temas vayan escalando — y el 2018 va a ser el año donde estos cambios aceleren su marcha — las barreras van a ir cayendo una a una y la dificultad en la disponibilidad y el acceso van a ser un tema del pasado. ¿O quién hubiera pensado que la comida saludable iba a ganar tanto terreno cuando eran unos pocos los que abogaban por esta perspectiva? ¿Y quién hubiera imaginado que iba a haber un restaurante de comida saludable en cada esquina?

Ya existen marcas y centros de innovación que están buscando soluciones. Que están investigando y desarrollando los procesos y materiales necesarios para que la industria de la moda pueda proveernos de productos más sustentables. Textiles biodegradables producidos a partir del cultivo de organismos vivos, reutilización de materiales para la producción de nuevos productos y nuevas e innovadoras técnicas de teñido, son ya una realidad.

Según «The State of Fashion 2018», un reporte realizado por BOF (Business of Fashion) junto con McKinsey & Company, la sustentabilidad va a estar en el centro de la innovación en la industria de la moda en 2018: «A medida que el enfoque se desplaza hacia una economía circular, la sustentabilidad va a evolucionar de ser un menú de iniciativas fragmentadas, a ser una parte integral de toda la cadena de valor de la moda». Según afirman, los millennials, en particular, están interesados en soluciones más sustentables; 66 por ciento de los millennials en el mundo están dispuestos a gastar más en marcas que son sustentables.

Quizás al principio tengamos que hacer cierto esfuerzo, como un motor que recién arranca después de haber estado apagado durante mucho tiempo. Pero una vez puesto en marcha, todos los mecanismos se van aceitando y ajustando para que el viaje simplemente fluya. Y poco a poco logramos recorrer una mayor distancia invirtiendo menos energía y menos esfuerzo.

En definitiva, un cambio de perspectiva genera nuevos hábitos, y nuevos hábitos crean una nueva realidad. En este sentido, las neurociencias nos brindan un mayor entendimiento que puede ser aplicado a todo, incluso a nuestra conexión con la moda y con nuestras prendas.

Originalmente publicado en threadstories.co en Marzo 15, 2018.

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