Los niños quieren ser futbolistas y las niñas «influencers»

Elisa Mariño
Vestigium
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2 min readOct 30, 2018

Canta Sabina que las niñas ya no quieren ser princesas y lo hace con la nostalgia que se tiene por un pasado idealizado que en realidad jamás existió.

Ahora que se habla sobre como animar a las niñas a las carreras tecnológicas no faltan las voces que se quejan con ese mismo tipo de nostalgia. Si de ellos dependiera enviarían a los niños a ver partidos de fútbol mientras que las niñas se quedarían haciendo «sus labores».

Sus argumentos para no animar a las niñas hacia la ciencia es que somos por «naturaleza» diferentes y que a las niñas en realidad no les interesa la ciencia. «A la mayoría, no todas», puntualizan para intentar librarse de ese regustillo rancio que recuerda a otro tiempo.

Y en parte tienen razón, la mayoría de las niñas no quieren ser becarias de investigación. Pero es que los niños tampoco, los niños quieren ser futbolistas. ¿Quién querría ser un becario de investigación encadenando un contrato precario tras otro?

Y es que las niñas no son masoquistas y se dan perfecta cuenta de que las científicas no viven bien. De que se dejan la piel para ser ignoradas y ninguneadas. ¿Y sabéis a quién no ignora ni ningunea nadie? A Kim Kardashian y al resto de «influencers» que ganan más en un día que la mayoría de los ingenieros. Las mismas que cobran exclusivas por sus embarazos en lugar de temer que las despidan.

Efectivamente, los niños quieren ser futbolistas y las niñas influencers, pero sin Grace Hopper no tendríamos compiladores y sin Hedy Lamarr no habría wifi. Y sin eso, ¿cómo habría Instagram?

Claro que la mayoría de las niñas no van a ser científicas o ingenieras, tampoco influencers. Igual que la mayoría de los niños no van a ser futbolistas. Pero negarle a las niñas la oportunidad de interesarse por la tecnología y la ciencia nos cierra puertas a todos. Porque lo que seguro que no van a querer ser es la chacha del futuro que viaja en el tiempo y en lugar de traernos la cura del cáncer, nos trae un detergente.

Las profesiones de un futuro dependerán de lo que se invente ahora. Dejar a las niñas a un lado y centrarte en los niños es como recorrer un camino a la pata coja cuando podrías ir andando.

Y para los nostálgicos de las princesas, que no se preocupen, con darles poderes como los X-Men, vuelven a estar de moda.

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Elisa Mariño
Vestigium

Fiction is the art to tell lies to show truths. Politics is the art to use truths to tell lies.