Manejar la esperanza

Luis Ortiz
Vestigium
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2 min readMar 23, 2020
Foto por Cherry Laithang en Unsplash

Ya es oficial: estaremos, como mínimo, quince días más encerrados en casa. Probablemente era algo que sabían cuando declararon por primera vez el estado de alarma. Entonces, ¿por qué no lo comunicaron desde el principio?

La esperanza es un arma poderosa: quien la controla, controla la situación. En una crisis como la que estamos viviendo la esperanza se basa en las cifras: el número de contagiados, de recuperados, de muertos… También el número de días que va a durar esta cuarentena. Manejarlas con cuidado es clave para mantener — controlar — el ánimo de la población en este momento tan delicado. ¿Cómo nos hubiéramos sentido si nada más empezar nos hubieran impuesto veintiocho días sin salir?

Hoy las cifras nos dicen que la curva sigue subiendo, que la sanidad sigue al borde del colapso y que, quizá, el pico de contagios todavía no ha llegado. Pero también apuntan que las medidas de confinamiento están suavizando la situación. Información e ilusión. Manejo de la esperanza.

Si se empiezan a positivizar los datos muy pronto corremos el riesgo de caer en un exceso de confianza que nos haga pensar que las normas ya no son necesarias. Si, por el contrario, los datos siguen siendo negativos durante demasiado tiempo la gente empezará a desesperarse y pensará que las normas son inútiles. Encontrar el equilibrio entre ambos escenarios es vital. De ello depende, en parte, que aguantemos esto.

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Luis Ortiz
Vestigium

Creativo publicitario de profesión. Creativo en general como afición. Me interesa casi todo lo que pasa en el mundo.