Manifiesto de amor de un hombre extraño

A las mujeres

Miguel Silva
Vestigium
4 min readFeb 23, 2018

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Foto en Foter.com

Creen que solo pienso en sexo, que siempre quiero sexo, que vivo para el sexo y hasta que no quiero sexo con mujeres. No saben cuánto me molesta. Sí, yo sé que en la actualidad esto puede parecer un cliché, pero quiero quejarme y que la gente sepa de qué me quejo. Detesto cuando una de ustedes me niega su confianza o un buen trato porque piensan: «Este tipo solo quiere sexo». Y el otro extremo: cuando alguna me ofrece acostarse conmigo sin conocernos, segura de que iré detrás de cualquiera como un perro que persigue la comida. Eso es denigrante. Sí, soy un hombre, pero no me gusta el sexo casual. Como todo el mundo lo he tenido y disfrutado, pero no soy una computadora con un SO Sexo cada vez que pueda 3.0. Me molesta esta manera de pensar y no solo a mí sino a muchos hombres. El sexo no me define, también considero importantes el amor y el romance.

En nuestra sociedad muchas de ustedes creen que son las afectadas siempre, pero nosotros también somos afectados por los estereotipos, porque estos no son reales. Son como personajes de caricatura que siempre visten de la misma manera, tienen una conducta típica y son incapaces de pensar diferente.

Jamás he ido a un burdel, y tampoco quiero ir, ¿y cuál es el problema? Aunque suene extraño, si no te considero una buena persona, lo siento, no tendremos nada. Sí, los hombres también tenemos criterio, y no me importa si estás más buena que Penélope Cruz (que está buenota), si no tienes sueños qué alcanzar, si has tenido sexo con tres veces más personas que los años que tienes de vida y pretendes seguir así, si tienes la costumbre de botar la basura donde te plazca… en el mejor de los casos seremos conocidos.

Ah, y otra cosa: no acepto que me digan que me comporte como un hombre, porque soy un hombre. Pero no el hombre de las películas que siempre pone cara de pocos amigos, con músculos gigantes, o el que es súper encantador todos los días; porque, primero, yo amo reír junto a ustedes y ser como soy, y segundo, aunque me gustaría, no puedo ser encantador siempre. Así que, por favor, mujeres, entiendan que para nosotros también es difícil. A veces cuando la chica que me gusta habla de ese cantante, modelo o futbolista que le encanta me da miedo, porque no soy él y ni por asomo me le parezco. No tengo un cuerpo espectacular. Estas son las únicas manos que tengo para tomar las de ella, los únicos brazos para abrazarla por la espalda, este es el único pecho que le puedo ofrecer para que se recueste, en fin, este es mi cuerpo y no es como el de los famosos. ¿Acaso creían que no sentimos este tipo de presiones cuando queremos a alguien?

A la chica que me gusta, y no lo sabe:

En el momento en que escribo esto, no estoy contigo y no puedo dejar de pensar en ti, pero cuando te vea, puede que no sea capaz de pensar racionalmente.

Hola. No sé cómo decirte: si bebé o amor, mi cielo, mi vida. No sé cuál te gusta, no sé de cuál estás cansada, no sé cuál usaba tu ex (ojalá muera ese pendejo). Siempre estoy tratando de adivinar qué quieres, porque no solo deseo darte lo que dices que quieres de mí, sino también lo que no me dices. A mí también me gustaría que estés cuando te necesito, que me envíes mensajes hasta el punto de no soportarte, que me digas lo guapo que estoy, que me lleves algo de comer a la universidad o al trabajo, o a la cama, y me digas que lo hiciste tú misma. Eso es bonito.

Me encanta verte sonreír, preguntarte cómo estás. Me gustaría que te recostaras en mí, que me acaricies los cachetes y me digas que tienes planes para nosotros. Me preocupa lo que piensas de mí, aunque trato de que no te des cuenta. Tanto así que cuando sé que nos encontraremos en algún momento del día, me tengo que preparar psicológicamente para que mi capacidad del habla no se vea afectada por la preocupación de saber qué piensas. Y por si eso fuera poco, intento conservar mi dignidad cuando digo algo estúpido porque mi mente y mi boca no pudieron hacer frente a tu belleza. Al menos trato de no oler mal para ti. Quiero decirte algo. No siempre tengo algo que decir y los silencios incómodos también se me hacen eternos. ¿Crees que solo tú te sientes insegura? Yo puedo ser más inseguro cuando estoy contigo. Así que ayúdame a ayudarnos. Te adoro.

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