#NiUnGeólogoMás

Fabián Molina Bermúdez
Vestigium
Published in
2 min readSep 29, 2018

Colombia tiene una larga tradición de violencia. Muchas de las generaciones fueron consumidas por el terror de más de 50 años de guerra, donde muchos de sus actores han dejado una marca que, como colombianos, poco nos enorgullece.

La madrugada del 20 de septiembre del 2018 en el municipio de Yaruma, Antioquia, vimos cómo se materializaba la maldad y crueldad humanas cuando personas armadas arremetieron contra un grupo de geólogos que desempeñaban un trabajo de exploración en la zona. En los hechos fueron asesinados Laura Alejandra Flórez Aguirre, Camilo Andrés Tirado Farak y Henry Mauricio Martínez Gómez mientras otros tres resultaron heridos. La noticia nos dio una cachetada a todos lo que creíamos que con la paz firmada con la guerrilla de las FARC la situación iba a cambiar, que estábamos en camino hacia un desarrollo común, hacia una sociedad diferente, con las nuevas generaciones impulsando la nueva Colombia, pero no fue más que una burla mediática donde lo prometido no se ha cumplido.

Como colegas nos sumamos al luto que genera ver a estos tres geólogos víctimas de la intolerancia, víctimas del odio e idolatrías erradas, víctimas de una Colombia pasada llena de rencores que no olvida. Estamos cansados de ver todos los días estas situaciones, de tener que salir a las distintas zonas rurales sin saber si vamos a volver a nuestras casas tal cual como salimos, sin saber si nos roben o que, desafortunadamente, nos pase una situación parecida a la de Alejandra, Camilo y Henry. Nosotros, como profesionales o futuros profesionales, nos preparamos años para servir a la sociedad, para prevenir desastres naturales, para hallar recursos minerales, para reparar sus carreteras; nos preparamos para ustedes. Estos hechos son injustificables, donde se asesina a las personas que van a mejorar su forma de vivir, pero así es la realidad de nuestro país.

La vida de un geólogo no es fácil. No se va por ahí encontrando «piedritas». Caminamos por horas, muchas veces bajo un sol abrasador, por quebradas, ríos, caminos inaccesibles, trochas llenas de barro, con muchos kilos en nuestras mochilas y aun así nos sentimos orgullosos de la forma de vida que escogimos por ver en un futuro una Colombia unida y en paz con nosotros mismos. Todos estos sucesos infortunados nos dan más fuerza y unidad para realizar una labor que pocos hacen, pero nosotros desempeñamos con mucha honra y seguiremos llegando a esos sitios inaccesibles brindando toda nuestra usanza en beneficio de toda nuestra sociedad.

Este escrito es en honor a las víctimas. Ojalá que estos hechos no vuelvan ocurrir.

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Fabián Molina Bermúdez
Vestigium

Comprender el pasado es la mejor forma de entender el presente.