Reset vital

Luis Ortiz
Vestigium
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2 min readMar 27, 2020
Foto por Tim Goedhart en Unsplash

El mundo se detiene pero nosotros nos negamos a hacerlo. Incluso en un momento tan extraño como el que estamos viviendo seguimos sintiendo la urgencia de aprovechar cada minuto.

Leer, ver series, hacer ejercicio, asistir a algún concierto online, videollamar, aprender algo nuevo con los cursos gratuitos que nos ofrecen, aplaudir en el balcón, subir fotos a Instagram con su nuevo sticker para que todo el mundo sepa que estamos en casa, informarnos sobre lo que está pasando… La lista de ocupaciones — o distracciones, según se mire — es tan larga como nosotros queramos. Eso sin contar obligaciones básicas como trabajar, salir a comprar, cocinar, cuidar a los hijos o pasear al perro.

Está bien crear una rutina en medio de este caos para sentir que controlamos algo, buscar entretenimiento para no caer en el desánimo demasiado pronto, mantenerse activo para no alimentar más el sedentarismo que ya reinaba en nuestra sociedad. Está bien seguir intentando mantener la normalidad. Pero quizá estamos siendo demasiado exigentes con nosotros mismos, creando un ritmo insostenible a largo plazo. Y eso no está bien.

Si podemos sacar algo positivo de esta crisis — los que podamos — es que, por fin, tenemos tiempo para recogernos y reflexionar, para el crecimiento personal profundo, para repensarnos como individuos y como sociedad. Para hacer el reset vital que siempre posponemos. Pero está claro que no lo conseguiremos mientras sigamos obsesionados por llenar de actividad cada momento del día como hacíamos antes. Con tanto estrés o más que cuando la vida era normal.

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Luis Ortiz
Vestigium

Creativo publicitario de profesión. Creativo en general como afición. Me interesa casi todo lo que pasa en el mundo.