Un hombre de verdad
La transición desde el ring de boxeo
Manopla, linimento, coquilla, bucal, paos, punching, crochet, pera o swing, son palabras que a cualquiera que no haya pisado un ring le sonarán solo de haberlas oído en boca de algún comentarista deportivo, en oscuros canales especializados en uno de los deportes más antiguos de la historia del ser humano. El cuerpo a cuerpo, la pelea con reglas donde dos individuos se encuentran y se abrazan en un baile donde el hombre de verdad se diluye en conceptos anacrónicos.
¿Qué es ser un hombre de verdad?. A uno como yo, nacido tal, cisgenero, no debería costarle mucho contestar esta pregunta. Pero no es tan fácil. Los roles, en la sociedad en la que vivimos, están, desde hace mucho, cultural y económicamente muy marcados. ¿Cómo debo ser para entrar en la categoría de hombre de verdad?
Thomas Page McBee escribe uno de mis libros imprescindibles, uno de esos que viene bien releer, porque a la primera te quedas en la superficie, pero, a medida que lo analizas, profundiza en un tema del que pocas veces se habla, el rol masculino y su anacronismo, ese que potencia la violencia y el machismo, ese del que hoy, cada vez más, huimos como sociedad porque está acabando con ella.
Agresividad viene del latin ad ( «hacia») y gradi ( «caminar»). Su significado original no es atacar sino, tal y como Danny seguía animándome a que hiciese, «dar un paso al frente».
— Un hombre de verdad, Thomas Page McBee.
No hay duda de que vivimos en sociedades patriarcales donde el dinero y el trabajo lo son todo y donde el rol masculino cobra vital importancia; esto se ha perpetuado por siglos y siglos convirtiéndose en cultural y en concepto único, pero ahora hay diferencias, ahora las mujeres tienen acceso a la cultura, la educación y la información, y se van posicionando de igual a igual con aquellos que las sometieron. Esto pone en tela de juicio nuestra visión sobre la masculinidad. ¿Es necesario una revisión? Tras los escandalosos casos del Me Too en Estados Unidos o las marchas feministas en Europa está claro que debemos sentarnos todos y todas a reflexionar acerca de ello, porque tampoco podemos eliminar de un plumazo las diferencias que, por supuesto, tenemos ambos sexos y que, más allá de ser un problema, deben ser parte de la solución para conseguir una igualdad real en todos los ámbitos de nuestras vidas.
Thomas nació con el sexo equivocado, siempre se sintió un hombre en un cuerpo femenino y tras años de batallas psicológicas y traumas personales dio el paso para llevar adelante el proceso de transición, tanto social — convencer a los que te rodean para que entiendan y apoyen tu nueva identidad de genero — como médica, proceso nada fácil. Después de todo esto le faltaba algo y como buen periodista de vocación necesitaba contar cosas. Thomas empezaba a sentirse culpable por el simple hecho de ser hombre, porque había sufrido el machismo cuando su cuerpo era todavía el de una fémina.
«Si las agresiones eran algo inherente al hecho de ser hombre, ¿de dónde provenían? ¿Cómo podía aprenderlas? Y, si las aprendía, ¿en qué clase de hombre me convertiría eso? »
— Un hombre de verdad, Thomas Page McBee
El libro va de eso, de la capacidad de generar, pero también de gestionar, la violencia. De la capacidad que un hombre transgenero tiene de asimilar estos comportamientos masculinos sin convertirse en aquello a lo que odias. Pasar de sentir miedo en una calle oscura cuando te observan, a darlo, pese a que tus intenciones no sean malas.
En alguna entrevista McBee habla sobre el silencio de la masculinidad, algo que no ocurre en el sexo contrario, las mujeres tienden a compartir sus sentimientos mientras los machos callan y sólo hablan de piel y órganos reproductivos. No se habla, esa es la primera regla para ser un verdadero hombre, nada de sentimientos, todo debe ser actuar y luchar, ver quién es el más fuerte del corral, para entender este deseo de lucha, de violencia gratuita, cuestión casi biológica, el autor se inscribe en un torneo de boxeo para amateurs, nada más y nada menos que en el Madison Square Garden, la catedral de este deporte, y lo hace con la única condición de que no se publicite su transexualidad. Así comienza una aventura que terminará con golpes y moretones pero también con la lección aprendida de que, pese a basar nuestro carácter en la lucha por sobrevivir, los hombres tenemos un fondo que no difiere tanto de las mujeres. Que necesitamos también que nos quieran, que nos abracen y que nos adulen. Necesitamos mirarnos al espejo y sentirnos especiales, y necesitamos llorar, amar y que nos amen.
«¿Por qué pelean los hombres? Esta es la historia de cómo encontré la respuesta.»
Thomas Page McBee. Un Hombre De Verdad está editado en España y México por la Editorial Planeta, bajo el sello Temas De Hoy, y en USA por la editorial Scribner.
