Foto por Kai Pilger en Unsplash

Vestigium, en resumen

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4 min readDec 7, 2019

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Así, luego del Salón de la Fama, pasaron dos meses fríos por el clima pero ardiendo con historias. Sus historias. Estamos contentos por llegar a finales de este año, un 2019 tan convulso como todos los que le precedieron, donde buscamos un rumbo nuevo, tratamos de encontrarnos en este mar de Medium, y nos proyectamos a la década que viene. Sabemos fielmente que la respuesta los involucra a ustedes y su literatura. A ustedes y su opinión. Y a ustedes y las artes.

Sin más que agregar, entonces, y queriendo que este post sea para quienes alimentan y le dan vida a Vestigium, les dejamos lo mejor de estos dos meses, o un compendio resumido de ello.

Por J. Madison.

Los escudos son gruesos y nosotros, pesados. Con los años las costras engrosan, caminar se convierte en tragedia, pero con lo paulatino de la vida, poco nos damos cuenta. Luego, viene la ventana y la luz, por tanto tiempo escondida. Y viene quien la abrió, la que le da permiso al viento, a quien le cedemos el control. Y los escudos caen, oxidados contra el suelo. Y la costra se va, se difumina… todo es tan rápido a partir de la entrega.

J., a quien apreciamos tanto, nos compartió esto: algo sobre los escudos que se rompen y lo excepcional del pasar del tiempo.

Por 0hd

Si esto de que 0hd sueña con artistas es cierto, ¿lo envidiamos? Y la lista es grande, incluye a Paul McCartney y Mick Jagger tomando mojitos en el ascensor. El número 79 de una lista de 100 historias, y definitivamente una que te dejará sonriendo. Quizá, como a 0hd, hasta te de motivos para escribir.

Por silvialbuja

Las bancas de la terminal pasan la madrugada frías y recordando: el encuentro feliz, la despedida dolorosa, el amor que nunca volvió. silvialbuja estuvo allí, y este es el recuento bellísimo de una despedida dolorosa.

Por Omar Velásquez

Si la gente se va, y no hay nada que quede de ellos, si se van y no hay cuerpo… Si todo desaparece, entonces lo que queda es una pregunta. Un porqué que pesa tanto como una niebla espesa: casi nada; y que te engulle por meses, te acorta la vista. A García se lo llevaron las palabras, podríamos decir, y Omar nos lo cuenta.

Por Esgrid Sikahall

¿qué sería si lograra yo decir adiós?

Y en verdad lograrlo, llorarlo, aceptarlo, vivir con ello y saborearlo. Decir adiós es saber historia, es reconocer lo que fue, lo que son ahora, es aceptar errores, perdonar a nuestros deudores. Esgrid se nos unió en Octubre, y su bienvenida fue un ensayo a la despedida.

Por Bruno Losal

Como la naturaleza es sabia y los caracoles son muy Juan Palomo, una mañana fría de invierno aparecieron unos caracolillos pequeños.

«Y pensar que solo eran unos míseros caracoles». De la inteligencia cruda, de la imaginación inquebrantable, de la inocencia intachable de Silvia, ay de nosotros, podríamos aprender tanto. Bruno y Silvia nos lo cuentan en esta historia, nos ruegan a ser pacientes, como el caracol que ronda, sin rumbo, sin prisas, con la casa a cuestas.

Por Estrella Amaranto

Ante la imposibilidad de luchar contra las gigantescas olas que finalmente rompieron el casco, sin pensármelo mucho, cedí al impulso de arrojarme desde proa.

Si algo fluye como el mar, es la letra de Estrella: con sus secciones puntiaguadas, siempre cambiantes, que resurgen de entre las llanuras de calma, las que te toman la mano, te acarrean a la ola siguiente. Y que, como el mar, cuando te engulle, te engulle entero.

Por Gabriel Arriarán

Si de la vida y lo que te cuentan la mitad es falsa, estas dos cosas son ciertas: que el dinero viene del sudor, y que el tiempo, como la electricidad, no se almacena. Le creemos a Gabriel que nos lo cuenta. Y estamos agradecidos, porque de él no haberse quemado 500 dólares en al amazonas, no estaríamos acá: leyéndolo y sonriendo.

p.d. Quizá el tiempo sí se almacene en las letras, quizá ese sea el aliciente.

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