Viaja, viaja y presume
Imagina que no importa el lugar al que vas sino la foto que vas a tomar.
Imagina que no importa que verán tus ojos, sino lo que van a ver los demás de lo que has visto. Imagina que solo importa presumir, da igual que tengas a 40 km el lugar más maravilloso del mundo, solo importa que visites el lugar que el marketing te ha dicho que debes ver. Ahora añádele redes sociales.
No seamos hipócritas. Presumir de algo va en la naturaleza humana. Echarle la culpa a las redes sociales de que alguien prefiera hacer una foto a una puesta de sol antes que verla con sus propios ojos sería una mentira. Las redes, en su análisis más simple, son un escaparate de conductas humanas, y como tal, las muestran.
Hacer 52 fotos a ese lago para luego elegir cuál será la mejor foto de perfil de WhatsApp o decidir si tendrá el honor de ser subida a tu feed de Instagram, no es tan diferente a cuando un señor mayor presume ante su amigo del Mercedes que se ha comprado. Ambas situaciones van de lo mismo. Mira lo que tengo, mira por qué soy mejor.
Las experiencias
A todos nos han metido en la cabeza que debemos vivir el máximo número de experiencias posibles, y en ellas se incluye el viajar, por supuesto. Esto no es un problema, de hecho está genial que queramos disfrutar de nuestro tiempo y conocer el mundo en el que vivimos.
Sin embargo, empieza a ser un problema cuando es más importante presumir de ello.
Mira lo que tengo, mira por qué soy mejor.
Al margen del consumismo que se ha generado en torno a “las experiencias”, la niebla que se posa delante de nuestros ojos cuando decidimos darle más valor a la foto (cosa) que a la emoción que genera, provoca que empecemos a disfrutar menos de lo que estamos viviendo.
He visto gente enfadarse por no salir “perfecto/a” en la foto con ese paisaje increíble detrás. Gente corriendo a un local con WiFi para ver si le han dado a like. Gente que no valora lo que tiene delante si no es apto para su red social.
Sinceramente, esto es horrible.
¿Y qué hacemos?
- Que no importe tanto la foto, que importe más lo que estás sintiendo en ese momento.
- Quítale valor a lo que los demás piensen de tu vida, dale valor a lo que estás viviendo.
- Para ya con esa competición por mostrar la mejor experiencia.
A nadie le importa si tu vida es mejor o peor, solo estamos jugando a ver quién tiene mas likes. Existe esa retroalimentación provocada por la deseabilidad social que solo aumenta nuestra paranoia. Empieza a preguntarte para qué necesitas esa foto, para qué necesitas que el mundo lo vea.
Ahora compáralo con lo que provoca, porque sin darte cuenta empiezas a darle menos valor a lo que estás viviendo, y por lo tanto, comienza a llenarte menos. Cuando llegues a la conclusión de no quieres esto, quizás y solo quizás te sientas más libre y el qué dirán de tu viaje no te importará, te importará lo que te ha hecho sentir.
PD. Por supuesto no todos somos así, pero si conoces a alguien, por favor, mándale este texto, quizás consigas quitarle una preocupación.