Ya nada volverá a ser como antes
Lo hemos visto mil veces en las películas y ahora lo estamos viviendo en primera persona. La utopía de la globalización se ha convertido en distopía de la noche a la mañana por culpa de un enemigo invisible. Las fronteras vuelven a levantarse, los mercados vuelven a caer, las medidas cada vez más extremas se suceden día tras día y hoy todos estamos encerrados hasta nuevo aviso.
Lo hemos visto mil veces en las películas pero jamás pensamos que esto nos podría pasar a nosotros, los hijos del primer mundo, de la sociedad del bienestar, de la Europa en paz, de las neveras llenas y de Internet en el hogar. Pero aquí estamos, como mínimo 15 días, recluidos en casa hasta que nos digan que todo ha vuelto a la normalidad.
Y aquí llega la pregunta: ¿volverá todo realmente a la normalidad? El virus, tarde o temprano, pasará. Está claro. Pero, ¿pasarán las consecuencias que está teniendo en la sanidad, la economía, la sociedad?, ¿pasarán las medidas extraordinarias que se están tomando o se quedará alguna con nosotros para protegernos de futuras crisis? El mundo nunca volvió a la normalidad tras la Guerra del Golfo, ni tras el 11S, ni tras la crisis de 2008. ¿Por qué esta vez iba a ser diferente?
Cuando menos lo esperemos — y todos lo esperamos mucho — estaremos de nuevo en la calle brindando por los reencuentros y recordando las anécdotas de esta cuarentena. Y lo haremos en un mundo nuevo. Todavía no sabemos si mejor o peor, pero sí que será distinto.