La vida de cada uno y el valor relativo de la verdad
¡Qué difícil es convivir con los que no piensan como nosotros! Madurar no es darse cuenta de que tenemos que relacionarnos con todo el mundo aunque no nos guste: madurar es, entre otras muchas cosas, hacerlo. Es salir de la burbuja. Aceptar al familiar casposo o rancio es relativamente fácil, aceptar y relacionarse con el extraño que es tan diferente a nosotros es otro cantar.
En una primera capa, esto es lo que experimentamos con Chloe. Pero el valor de Before the Storm está en lo que significa e implica la verdad.
¿Ser sinceros es siempre la mejor decisión? ¿La ignorancia da realmente la felicidad? ¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar para evitarle el dolor a otros? ¿Actuamos bien ahorrándole el sufrimiento a nuestros seres queridos? La respuesta cambia, depende de muchos factores, y nunca será del todo correcta o incorrecta. No hay un manual para cada evento y/o persona. Dejarnos guiar por lo que creen otros tampoco es la solución.
Es muy fácil darle lecciones a los demás sobre qué hacer ante una situación que no debes afrontar tú. Lo que para algunos es un error, para otros es un acierto, y el mismo consejo puede ser bueno y malo aunque creamos que es aplicable a todos para determinados casos.
¿Está bien decidir por otra persona? Ese es el dilema final del juego. De forma más o menos sutil, a través de las decisiones, diálogos y escenas, la narración nos coloca ante uno de esos momentos tan difíciles a los que la vida nos va enfrentando casi a diario. Como diría el Dr. House: “todo el mundo miente”, es un hecho, la cuestión es cuál es nuestra relación con la mentira. Y a eso nos enfrenta la aventura, a nuestro modo de entender la ética y la moral, al final viajamos por nuestra conciencia para conocernos un poquito mejor. Para entender nuestras prioridades. Vivir no es tan fácil como parece, las cosas tienden a enrarecerse, hasta qué punto lo hacen solo lo sabe cada uno.
Construir un personaje gris en una historia es complicado, porque significa hacerlo realmente humano, todos somos grises y tenemos que lidiar con ello, a veces engañándonos a nosotros mismos para convivir con nuestras propias decisiones, otras enfrentándonos a quienes no están en nuestra cabeza compartiendo los pensamientos que nos llevan a actuar de tal o cual forma, a quienes creen conocernos a nosotros o a nuestros allegados en común.
Life is Strange: Before the Storm habla de como crecemos dentro de nosotros mismos. A veces los cambios son internos, mientras el exterior prácticamente no se inmuta, nuestras personalidades crean diferencias intangibles. La famosa balanza de las acciones también es una balanza emocional, que tiende a equilibrarse incluso en esas personas que pueden parecernos detestables. En ocasiones cuesta entender que solo los psicópatas no tienen en su interior esta balanza: pero así es. Y admitir que alguien puede no ser tan malo supone admitir que nosotros podemos no ser tan buenos.
Nuestra percepción de la realidad, del presente, puede no corresponder con las consecuencias que tienen lugar en el corazón y la mente de las personas, e incluso en nuestro propio interior. El envoltorio no siempre enseña lo que hay dentro. Cuando nos pasemos el juego, al contrario que en la primera entrega, el mundo de Arcadia Bay seguirá exactamente igual, pero nosotros seremos distintos.