Persona 5 Royal. La sociedad que hemos construido los adultos.

Alvaro Coll
Vidyalantes
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3 min readMay 4, 2021

Rinde en clase, búscate un futuro, sé productivo, gentil, encantador y hábil en tu día a día. Aprende, sé valiente, sé social, tener contactos es muy importante. Pero no abandones tus estudios, ni tu forma física, en el equilibrio está la clave del éxito.

¿Os habéis agobiado ya? Gestionar tu día a día es la parte más interesante del Persona 5, porque es realista, porque es novedoso en los RPGs y por la crítica que supone.

Todas las exigencias expuestas antes son claves impuestas por los adultos, por el sistema que hemos ido creando para todos hasta construir el monstruo que es hoy la sociedad globalizada. Encontrar con el protagonista tiempo para estudiar, socializar, divertirte, subir de nivel… supone la esencia del juego, agobiarte con él porque no parece que te de tiempo a todo. Y si al finalizar el curso académico te ha dado tiempo para hacer una partida perfecta, cuidado, estarás satisfecho porque has cumplido con los estándares sociales, pero no habrás sido humano; habrás actuado como un robot guiado por las normas y objetivos, no como una persona que hace lo que quiere con su tiempo libre.

El verdadero enemigo de los Ladrones Fantasma son los adultos, en tanto en cuanto son los individuos que corrompen el futuro de todos con sus actos, los que distorsionan la esencia genuina de las cosas. Esa necesidad de ser “alguien”, de medrar, es una idea tóxica que les hacemos llegar a los jóvenes hasta el punto de ir desgastando sus vidas, de obsesionarlos con el concepto de ganar o perder el tiempo. Y da igual que seas tan simple y visceral como Ryuji o tan meticulosa e inteligente como Makoto, nuestro sistema hace mella en todos.

Lejos de pretender que el jugador quiera refugiarse bajo el Síndrome de Peter Pan, la aventura del Persona 5 Royal encara lo que supone madurar de forma constructiva, poniendo en tela de juicio el mundo que hemos creado y dándoles a los jóvenes la oportunidad de ser ellos y de evolucionar por sí mismos. Porque también ellos nos enseñan cosas y porque la edad no tiene porqué ser un handicap.

De hecho la confianza en su propia generación será la que les haga mejorar y combatir la dejadez adulta, el conservadurismo de toda una sociedad (más aún la japonesa) o el conformismo ante los imprevistos de la vida. ¿Cuándo asumimos que cumplir años supone aceptar ciertas cuotas de infelicidad?

El propio Maruki nos confesará: “Da igual cuanto lo intente o se esfuerce uno. Cualquier injusticia puede echarlo todo a perder y dejarte con las manos vacías”. Y la lucha real será contra ese mantra que nos convierte al crecer en seres sin espíritu combativo. El rival es la desidia, la resignación. “Cuando alguien se enfrenta de forma continua a este tipo de opresión, acaba aceptándola” dice Yusuke en el palacio del padre explotador de Haru.

Una lección: dejar de huir de la realidad. Pero para tratar de cambiarla primero hay que aceptarla, con sus penas, con los errores cometidos y las lágrimas. Es la fase por la que pasarán los amigos del protagonista en el añadido del Royal. A veces ni aceptándola se puede hacer nada contra ella, pero afrontar el duelo que supone es un paso hacia esa felicidad de la que hablábamos. Uno de los villanos reconocerá querer poder dejar de tomar decisiones, dejar de tener que pensar por uno mismo. Anhela abandonarse, no soporta la sociedad construida y quiere huir de su realidad, limitarse a ignorar los problemas.

¿Está el jugador preparado para luchar contra sí mismo? ¿Está preparado para ver su vida reflejada? Si el final que se obtiene rechazando la oferta de febrero le parece utópico, ¿qué dice de su propia existencia?

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Alvaro Coll
Vidyalantes

Historias detrás de la Historia. Sentimientos que se heredan con los relatos.