Nos ha pasado un año ya

Ícaro Moyano Díaz
viejomoeb
Published in
Sent as a

Newsletter

3 min readDec 9, 2021

Creo que no hay forma más perezosa de periodismo que las efemérides, pero como me llevo bien con mis propias contradicciones se me ha ocurrido que podemos celebrar juntos nuestro primer aniversario. Efectivamente, hace ya un año que te mando esta carta.

Durante una tarde del puente de diciembre de 2020 empecé a escribir ‘Ven de paseo’ mientras preparaba un guiso y hoy, que precisamente tengo unas lentejas en remojo, estoy arrancando esta carta semanal que ha llegado cada semana a tu buzón a través de las cuatro estaciones.

No tengo vocación nostálgica, no voy a mirar atrás ni a preparar una autopsia, no le veo mucha utilidad a los resúmenes ni a la declaración de propósitos, así que te ahorro girar el cuello. Creo que ha sido, sobre todo, un año extravagante y apacible.

Sí quiero compartir contigo una sensación, algo que me acompaña y que me resulta confortable: en 2021 descubrimos, al volver, que no hay donde volver. Que la vida es ahora esto.

A lo largo de los últimos meses hemos vuelto a pisar por Cádiz, por Donosti o por NYC. Hemos hecho el ejercicio de recorrer (año y pico después) las rutinas de esas ciudades y, en este regreso, hemos disfrutado de forma distinta. Porque no hay retorno, no hay destino que nos estuviese esperando. Somos otros.

Si hago recuento, te he escrito a lo largo de los casi 4.000 kilómetros que he corrido este año. Esta rutina, por ejemplo, no existía. La de correr tampoco. Y es de las mejores cosas que he hecho este año.

Puedes escuchar aquí la versión en podcast de mi carta semanal

Porque si he aprendido algo, carta tras carta, es que la empatía es a la vez arma y escudo. Si he aprendido algo es que saber medir la distancia y ser amable es el único plan posible ahora. No tengo otro balance que la gratitud: más de medio centenar de cartas después soy una mejor versión de mí mismo gracias a ti. Por cada pista que te he dado o cada plato o café que te he recomendado, he recibido muchísimo más.

¿Qué hay entre Cádiz y París? Pues Madrid, claro.

Me hace ilusión recomendarte hoy Comparte Bistró. Nuestra carta cumple un año cuando este comedor apenas cumple unas horas de vida. Con lo que me gustan a mí las cosas que riman. Estuvimos el sábado inaugurando el servicio y lo primero que puso Mario en la barra fue pan, aceite y mantequilla. De alguna forma aquí estaba ya todo: esta cocina es un viaje entre Cádiz y París.

Pasamos un par de horas disfrutando frente a los pucheros de cobre con cada pase, pero hay un par que se me han quedado en el paladar. Un steak tartar que nos comimos con un croissant tibio bautizado con una bearnesa fabulosa y un tarantelo de atún con vadouvan en el que podría seguir mojando pan todavía ahora.

El local ha nacido con músculo y discurso. En Madrid hay media docena de aperturas a la semana, alguna notable y muchas perfectamente prescindibles. Mi sensación es que Comparte Bistró viene a levantar la voz y el nivel, a hacerse un hueco rápido entre los restaurantes importantes de la ciudad. Me dejé media carta por comer y no sé qué quitar para meter platos nuevos cuando vuelva.

Mario y Charlotte se definen como paritanos (parisinos y gaditanos) y me ha gustado tanto la denominación de origen que me la voy a quedar. Llevo ambas coordenadas tatuadas y ahora lamento que no se me hubiese ocurrido a mí.

Felicidades, espero no haber resultado demasiado pesado este primer año. No puedo esperar a ver cómo de bien lo vamos a pasar el segundo. Voy a hacerte café.

--

--