Comienza el Despertar
Todos los presentes se quedaron paralizados y la tortuga negra los miró con sus ojos rojos y brillantes. Dejó escapar lentamente un chillido grave y constante y luego se calló. St. Reed ladeó la cabeza y sonrió. “¡Bien! Una perfecta nota de sol#”. Philippe lo miró mal y le indicó a Mage Bella que continuara con su historia.
“Todo estaba tranquilo”, dijo Mage Bella. “Realmente no había hecho gran cosa. Y, de repente, empezó a brillar, a chillar y a hacer todo tipo de ruidos. Y creo que es un poco más grande de lo que era antes. ¿Qué está pasando?
Philippe se quedó mirando a la criatura inmóvil que tenía delante. “No lo sé. Sólo pensaba que algunos de estos compañeros estaban destinados a ser como una mascota. Tengo algunos en casa, pero se quedan ahí sentados. Eh, Bone Maiden, ¿tienes uno de estos?”. Philippe miró a Bone Maiden y a Azi y se quedó helado. Bone Maiden se cubría la cara con la mano, horrorizada, mientras miraba a Azi, que ahora era en parte mujer y en parte araña gigante. Los ojos de Azi brillaban con un rojo oscuro mientras la energía crepitaba en las puntas de sus dedos.
“Te ves diferente, Azi”, dijo Philippe. “¿Nuevo peinado?”
“Muy gracioso”, dijo Azi. “Me siento diferente. Me siento poderosa. Todopoderosa”. Azi miró alrededor de la habitación y parpadeó. “Todo parece diferente. Es como si pudiera ver el espíritu de todos. Siento una extraña sensación de paz interior”.
“Yo no tengo nada que ver”, exclamó Bone Maiden. “Estábamos charlando y entonces su anillo empezó a brillar. Y mi diamante también. ¡No podía ni mirarlo! Pero sigo siendo normal”.
“Por lo visto, sus joyas son algo más que simples baratijas”, dijo Hacky.
“Gracias por esa brillante perspicacia, Sherlock”, dijo Philippe. Miró el anillo que llevaba en el dedo. “El mío tampoco parece hacer nada”.
“Quizá lo haga con el tiempo”, dijo Hacky. “Parece que estos compañeros son más de lo que parecen por fuera”.
“Creo que tengo que quitarme este estúpido diamante antes de que me pase algo”, dijo nerviosamente Bone Maiden. “Necesito sentarme”. Bone Maiden comenzó a sentarse, cuando su trasero golpeó algo sentado en su silla, haciéndola resbalar hasta el suelo. “¿Qué dem…?”
“¡Es una caja HoHoHo!”, exclamó Hacky, señalando la brillante caja roja y verde que había en la silla de Bone Maiden.
“¿HoHoHo? A lo mejor está intentando decirte algo”, rió Diego, que acababa de entrar en la habitación.
“Qué gracioso, Lard-ass”, replicó Bone Maiden. “No recuerdo que te hayan invitado.
“No necesito invitación, señorita HoHoHo. He venido porque mis joyas han empezado a brillar”.
Hacky escaneó rápidamente a Diego. “¿Qué joyas? No veo ninguna”.
Diego miró avergonzado alrededor de la habitación. Lentamente, sacó la lengua y mostró su piercing. “Emmpezo a brilladd” dijo, manteniendo la lengua fuera.
Bone Maiden puso los ojos en blanco. “Guarda esa cosa. Es asqueroso”.
“La mayoría de las chicas no piensan así”, dijo Diego con una sonrisa de satisfacción. “Sólo quería comprobar con Garu que no pasaba nada extraño”.
Garu asintió. “Desde luego que pasa algo. Parece que estos compañeros están canalizando una gran cantidad de energía. Pero no estoy seguro de qué fuente”.
“¿Deberíamos deshacernos de nuestros compañeros?”, preguntó Diego nervioso.
Garu se lo pensó un momento antes de responder. “Creo que por ahora estaremos bien. De hecho, podrían ser útiles, siempre y cuando se controle la energía. Podríamos usarlo a nuestro favor ahora mismo”.
“Espera un momento”. Philippe miró fijamente a Garu. “¿Estás seguro de esto?”
“Si los compañeros continúan de esta manera, entonces estamos bien. Mientras estos estallidos de energía no sean demasiado grandes, estaremos bien”.
Philippe caminó hacia el centro del vestíbulo. “Bien, todo el mundo, tengan cuidado. Con suerte, somos los únicos afectados en este momento”.
La puerta de la sala se abrió de golpe y una manada de VIMs entró corriendo. El sheriff Mo corrió hacia Philippe, sosteniendo una esfinge sin vida. Estaba cubierto de grandes arañazos por todo el cuerpo. “¡Mi gatito se ha vuelto loco! ¿Qué demonios está pasando aquí?”.
Pronto, la sala se sumió en el caos cuando todo el mundo empezó a gritar y a explicar sus experiencias con sus compañeros despertando y mostrando un gran poder. “¡Todos! ¡Silencio! Vamos a calmarnos”, gritó Philippe, en vano.
De repente, la sala se quedó en silencio. Philippe se volvió hacia la entrada del juzgado y vio una imponente figura de pie. “Vaya, es…”
“Sun Wukong”, dijo Bone Maiden sin aliento. “¡Hola, mono!”, gruñó con una sonrisa.
Wukong les lanzó una mirada a Bone Maiden y Azi. Sus penetrantes ojos oscuros centellearon como si viera a través de ellos. “Hola, demonios”, gruñó. Lentamente, miró a su alrededor y sonrió. “¡Viene mi viejo sol!”
De repente, saltó por la habitación y se puso cara a cara con Diego, que estaba demasiado asustado para moverse. Wukong olfateó con desconfianza y luego sonrió con picardía. “Me recuerdas a Pigsy”. Wukong agarró la barriga de Diego y la sacudió durante un segundo, y luego dio una voltereta rápida de vuelta al centro de la habitación.
“Vaya”, dijo Philippe. “Impresionante, desde luego. Bienvenido”.
Wukong levantó la pata para que Philippe dejara de hablar. “Chicos, ¡Los compañeros están despertando! La energía del Gran Éter se ha filtrado en nuestra dimensión”.
Garu corrió apresuradamente hacia Philippe. “Estamos en grave peligro. Si las paredes que mantienen esta energía fuera de nuestra dimensión se rompen, nuestro universo, así como muchos otros, se verán sobrepasados.”
“¿Sobrepasado, como si fuera demasiado?”, preguntó Philippe.
“No”, respondió Garu. “Nos engulliría por completo y nos destruiría”.
“Vale, puede que ‘sobrepasado’ no sea una palabra lo suficientemente fuerte”, dijo Philippe. “¿Alguna idea de lo que tenemos que hacer?
Garu, Hoppiua y Diego intercambiaron miradas nerviosas. “Sí”, dijo Diego. “Necesitamos a Bankei, el halcón plateado. Es el líder de los Dharmapalas. Él sabría qué hacer”.
Garu asintió con la cabeza. “Sí. Es el más sabio y poderoso de los Dharmapalas. Pero suele estar fuera en las misiones más importantes”.
“Tienes que llamarle”, dijo Philippe. “Creo que la destrucción de todos nuestros universos es probablemente una misión más importante que cualquier cosa que tenga entre manos”.
“Lo haré”, respondió Garu. “Nos guiará con sabiduría y fuerza”.
Philippe suspiró pesadamente y luego se dirigió a la multitud. “Todo el mundo, parece que nos enfrentamos a otra gran amenaza. Todos debemos prepararnos. Hagan acopio de energía y fuerza, y corran la voz. Necesitamos toda la ayuda posible. Estén preparados y, con suerte, ese tal Halcón Bankei nos ayudará a guiarnos”. Philippe cerró los ojos y respiró hondo. “Ojalá”, murmuró para sí mismo.
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