Nayeli Ramos
Viral Amplifier
Published in
4 min readOct 31, 2017

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Seguro que cada día que pasa es más evidente cómo, de unos años para acá, todo ha cambiado. Más que por un sentido de nostalgia y longing por el pasado, ha sido más bien por la manera en la que nos estamos entreteniendo, las nuevas tecnologías y canales de comunicación que no existían en los noventa han modificado para siempre nuestros hábitos culturales. ¿Pueden las industrias mantenerse al día de las preferencias de sus consumidores?

Streaming killed the TV Star…not yet!

Aunque en México aún existe una comparación significativa entre el porcentaje de consumidores que ve televisión, frente a los que prefieren contenidos audiovisuales en Internet (según algunos datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones), el cambio en los hábitos del consumidor mexicano ya está impactando directamente el posicionamiento de empresas como Netflix.

Ahora con servicios de streaming como Netflix o HBO Go (aunque haya fallado en cada estreno de capítulo de la temporada 8 de Game of Thrones), ya no son las empresas quienes deciden cuál es el prime time, sino que el consumidor elige el tipo de contenido que verá y cuántas horas le dedicará (aunque obvio esta decisión no es tan consciente, más bien depende de qué tan interesante es el contenido).

Sin embargo, este reciente modelo de entretenimiento, ha hecho que la industria se base principalmente en dos pilares para asegurar su preferencia por el público (lo que a la vez podría ser su propio doom): accesibilidad y producciones originales.

Por qué no optar completamente por accesibilidad y producciones originales

La cuestión es que los servicios de streaming te permiten optimizar tus horarios para que puedas ver tu serie favorita incluso en el viaje más extenso de sur a norte de la Ciudad de México. Esta accesibilidad mencionada anteriormente, hace que los consumidores reduzcamos el tiempo para ver una serie completa o veamos película tras película, lo cual nos vuelve impacientes pues no podemos esperar un año completo para saber qué es lo que ocurre después.

Puedes pensar que esta ansiedad de saber qué sigue después de un final de temporada, no influye o afecta a las productoras, pues el consumidor siempre estará dispuesto a esperar; sin embargo, algo que podrías estar dejando de lado es que ahora, los consumidores somos más difíciles de impresionar y, hasta cierto punto somos menos “fieles”.

En un plano en el que hay tanta oferta, muchas producciones (como series, películas, e incluso álbumes musicales) se vuelven intangibles y de poca significación. Por ello, la accesibilidad a los contenidos culturales juega a favor y en contra de los mismos.
El problema de las productoras reside en no poder satisfacer la demanda que ellas mismas han establecido, porque necesitan tiempo para que los creativos desarrollen un guión interesante y se encuentren los elementos necesarios para la realización de una buena producción.

Además de que la accesibilidad representa un problema para Netflix y otros servicios similares, el querer diferenciarse con producciones propias podría desestabilizar económicamente a las compañías.

Debido a que hay una gran cantidad de producciones que atienden los intereses de diversos mercados, en ocasiones puede resultar más complicado hacer una serie o película que conjugue elementos que gustan a muchos públicos.

El predicamento se presenta cuando no es posible apostar completamente por producir contenido propio para pequeños mercados, pero a la vez tampoco pueden producirse series o películas enormes pensadas para todos los públicos, quizá simplemente tienen que encontrarse a mitad del camino.
Por ello, puede no ser tan recomendable que Netflix invierta aproximadamente $8 mil millones de dólares para crear producciones originales — además, están dejando completamente de lado los contenidos de otras productoras, lo cual sólo encarece los precios, porque ahora no sólo se trata de pagar Netflix o HBO Go, sino Hulu y Filmstruck y tal, tal y tal…

Como nativos digitales, en Viral Amplifier somos partícipes de debates generados en torno a la tecnología y de cómo ésta afecta, directa e indirectamente, los paradigmas actuales. Sabemos que los nuevos canales de entretenimiento aún tienen muchas áreas de oportunidad, sobre todo las empresas y productoras de streaming que necesitan comenzar a modificar sus tiempos de producción para satisfacer la creciente demanda, más aún si han optado por apostar al contenido original que, según su perspectiva, los colocará por encima de la competencia.

Si las productoras redujeran sus tiempos para crear series o películas, también abrirían nuevas oportunidades para los creativos emergentes que, por falta de contactos quizá, pasan su vida realizando otro trabajo que no les gusta, sin escribir el próximo gran guión.

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