Cambiando la vida de mis clientes, por sobre lo demás
Esta mañana recibí este correo:
#Manifiesto Simplendedor 9: Nuevas Herramientas
de Javier Barros.
Me suscribí a su lista, en un evento digital hace un tiempo ya.
Y la verdad que me sorprende y gusta mucho su manera de escribir.
Conecta, crea relaciones y entrega un valor muy grande.
Con sólo decirte que cada correo es una pizca de pensamiento que me tiene un rato después de leerlo, para luego concretar en una acción para mi negocio.
Justo esta semana estaba pensando en escribir algo referido a tipos de emprendedores.
De hecho aún tengo la idea de agregarle varias cosas a este artículo. {Agregando la tarea a mi lista en Trello}
Tipos de emprendedores
Yo soy uno y me encuentro en una categoría, pero no siempre fui así.
Quizás tenga algo para decirnos.
Javier habla de dos emprendedores.
El primero, es un dueño de negocio que sabe de la importancia de las relaciones con las personas, pero más importante cree él que es tener la mejor herramienta.
Por lo tanto empieza una serie de acciones digitales a través del correo electrónico con un proveedor nuevo.
Lo cuál al poco tiempo en los grupos que se encuentran, le dicen que: “cierta herramienta no es suficiente, que no cubre todas las necesidades y que hay otras mejores”
Y así va probando cada tiempo ciertas herramientas, pero nunca piensa estratégicamente en utilizar lo importante, y suficiente y no en lo mejor (ó lo último) del mercado.
El otro tipo de emprendedor es alguien que también está en el mismo nicho que el anterior emprendedor, pero tiene un enfoque distinto de trabajar.
Utiliza un proveedor de servicios de email, pero su pensamiento es la relación con sus suscriptores. El cliente está en su mente, cómo ayudarlo a resolver sus problemas, ponerse en su lugar.
La empatía está por sobre toda nueva herramienta del mercado.
Había trabajado y enviado regularmente correos a esos potenciales clientes, y creó una relación de confianza y una súper conexión. Interactuaba constantemente tratando de entender profundamente sus necesidades y obstáculos.
Lo que la llevó a hacer crecer su lista de personas hiper relevantes, y aumentó sus tasas de conversión y ventas al 20%.
Nunca se podría haber imaginado que de cada 100 personas 20 compraran sus productos.
Pero es una filosofía para los negocios. No poner el dinero delante de nuestra vista, sino a nuestros clientes.
Utilizar lo suficientemente bueno y no perder nuestro tiempo valioso como emprendedores, que sabemos que al principio muchas tareas nos llevan el día si no somos ordenados.
No digo que no hay que conocer ciertas herramientas o tecnologías que se vayan creando, pero como emprendedores, sabemos cuándo nuestro negocio nos “habla”.
Cuando nos pide un crecimiento, porque está estancado. Nuestros negocios son nuestra vida. Y nuestra vida, también depende de nuestros clientes.
Por eso es que velamos por los intereses de ellos por sobre lo demás.
Cierro con la misma frase que Javier termina el correo:
Para un #simplendedor las herramientas son instrumentos para cambiar la vida de sus clientes. Y mientras cumplan su cometido no necesita cambiarlas.
