Creer en ti mismo es una apuesta al vacío

Noee
vocES en Español
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2 min readJul 8, 2024
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Acababa de escuchar a un hombre de traje con pista de ser un entendido de los tiempos, atestiguar lo siguiente:

“El hombre atribuye los milagros a una fuerza eterna sin saber que esos milagros sólo vienen de la confianza que hay en sí mismo. Del poder, de la convicción que hay en sí mismos.”

Al instante de escucharlo, no lo podía creer. Sencillamente no concebía que una persona de verdad pensase de esa manera y lo adquiriera como una filosofía de vida.

Y entonces recordé que yo también pensaba así, estuve en ese lugar dónde creí, que yo era mi verdad absoluta, que cada uno era su tipo de verdad absoluta con una fortaleza interior dónde podría estar seguro de las realidades dolorosas de la vida.

Yo una vez fui ese hombre de traje catapultado en su propia sabiduría a un abismo desconocido. La única diferencia entre él y yo es que al caer en ese abismo desconocido decidí rendirme.

Y sólo gracias a eso daré testimonio de lo siguiente:

No hay nada, yo busqué esa fortaleza y sólo encontré ruinas, sólo encontré caos y una confusión tan fuerte que me causaba ansiedad.

No somos nada, muchas veces busqué mi identidad en mi verdad absoluta (en mí misma) y lo único que pude encontrar fue un vacío.

Y sólo ahí, en ese abismo me di cuenta de que ese no era mi lugar, de que esa catapulta de mi propia sabiduría era una trampa a un abismo desconocido, que mi ansiosa búsqueda era porque estaba vacía…

Porque todos tenemos un vacío huérfano.

Pero tenemos un padre, insustituible, irremplazable, único.

Sí, tenemos una verdad absoluta. Aquella que siendo eterna, celestial y llena de grandeza se encarnó en piel para sufrir porque me amaba.

Y no se tú, pero yo decidí rendirme a aquel que me amaba más de lo que pretendía amarme a mí misma. A lo eterno que aunque intentamos eludir es ineludiblemente real. Al único capaz de dar plenitud a esos vacíos que torpemente intentamos llenar.

Que no solo es el responsable de los milagros, sino también del perdón a nuestras fallas al blanco y del oxígeno que gozamos.

Y… sinceramente, es imposible que algo así venga de ti, venga de mí.

Por tanto, yo sólo sé que me rendí, y que luego de eso empecé a vivir.

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Noee
vocES en Español

Todo mi ingenio está puesto en mi prosa y en sus intentos fallidos por rimar bien.