Iglesia y Adicciones
Lo que pensé que jamás ocurriría ha pasado, y en el momento más crítico: La Diócesis de San Bernardino, California; a la que pertenece el condado de Riverside donde vivimos mi esposa y yo, ha creado un Ministerio de Adicciones dirigido no sólo a las personas adictas a sustancias como la heroína o el alcohol, si no también a los adictos a comportamientos como la pornografía, los juegos de azar (ludópatas), comedores compulsivos, etc. así como a los adictos a otras personas, también llamados codependientes.
Con el auspicio de las “Misiones Trinitarias”, hemos sido becados para seguir un curso de dos meses y recibir la certificación de Acompañante Espiritual a través de la Universidad Seton Hall de New Jersey y poder implementar en nuestra comunidad este servicio.
¿Qué es la Adicción? -Según este curso de entrenamiento para el acompañamiento espiritual, “La adicción es cualquier tipo de apego antinatural a una sustancia, comportamiento u objeto que compromete nuestra libertad y distrae nuestra atención de las cosas en nuestra vida que son realmente importantes. Es un comportamiento compulsivo que se convierte en un hábito que limita la libertad del deseo humano”
La última Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH), nos dice que, aproximadamente 40 millones de adultos estadounidenses (de 12 años o más) lucharon contra un trastorno por uso de sustancias o adicción a comportamientos; pero como la adicción es una enfermedad que compromete a la familia, podemos decir que en la actualidad 100 de los 342 millones de estadounidenses, tienen problemas con este flagelo mundial que se ha agravado desde la pandemia del Covid-19. (dicho de otra manera, 1 de cada 4 personas en USA, tiene problemas directa o indirectamente con las adicciones). Esto sin contar que más de 100,000 personas mueren al año en USA por sobredosis de droga.
En la primera clase del curso de entrenamiento nos preguntaron por qué estábamos ahí. Muchos respondimos “por que queremos ayudar al prójimo” o “porque reconocemos el rostro de Cristo en los que sufren y los que son marginados” pero nos aclararon que antes de poder ayudar al prójimo y a los que sufren, debemos sanar nuestras propias heridas, que todos en mayor o menor medida, tenemos traumas, heridas emocionales o psicológicas que curar y esa es la primera parte del curso: Mirar nuestro propio interior, reconocer nuestros defectos de carácter, hacer un inventario moral de nosotros mismos, “lo que la boca no dice, el cuerpo lo grita” dicen los coaches, y si no somos capaces de atender nuestros propios problemas espirituales, digícilmente podremos ayudar a otros. Una enfermedad espiritual, necesariamente requiere de una solución espiritual. Todos sabemos que el ser humano tiene tres aspectos fundamentales: Cuerpo, mente y espíritu. Youtube y las redes sociales están inundados de soluciones para tener un cuerpo y una mente sanos pero, de la parte espiritual, como que da verguenza hablar y esto es lo novedoso, la iglesia está empezando a “tomar al toro por las astas” y dejando de lado ese estigma que durante siglos hemos tenido respecto a los adictos y a las enfermedades emocionales. Es un buen comienzo, hay un largo camino por recorrer. Si queremos un mundo mejor, empecemos por trabajar en nosotros mismos.
¿Cómo lo vamos a hacer? — La “Guía para el Cuidado Pastoral” que es el libro de texto del curso, dice que su Visión es: “Empoderar a la Iglesia para que sea un Recurso para quienes sufren de Adicciones y también para sus Familias”; utiliza el programa de 12 pasos publicado en 1939 por la organización “Alcohólicos Anónimos” AA, fundada por Bill Wilson y el Dr. Bob Smith y que ha sido adaptado por diferentes grupos como “Narcóticos Anónimos”, “Emocionales Anónimos”, “Neuróticos Anónimos”, “Comedores Compulsivos”, “Jugadores Anónimos”, “Codependienmtes anónimos” y diferentes grupos de autoayuda para familiares y amigos de adictos como Al-Anon, CODA, Alateen, Grupos de 12 Pasos, etc., etc.
La organización iThirst (Tengo Sed) también ha adaptado el programa de los 12 pasos de AA desde el enfoque de la Iglesia Católica y refiere libros como “Adicción y Gracia” del Dr. Gerald G. May; “Un Camino Suave a Través de los 12 Pasos para Todas las Personas en el Proceso de Recuperación” del Dr. Patrick J. Carnes, “Respirar Bajo el Agua, la Espiritualidad y los Doce Pasos” de Richard Rohr, entre otros.
Nelson Mandela nos enseñó que “Podemos cambiar el mundo y hacer que sea un mundo mejor, pero debemos comprender que el cambio empieza por uno mismo. Siendo ejemplo para los demás, creamos un efecto dominó, que hace que el resto de las cosas cambien”.
¿Estás listo para empezar el viaje del autoconocimiento? — Cada día más y más personas empiezan este fascinante camino. Espero que tu también te animes a hacerlo (si es que ya no comenzaste).