Por favor, tan solo vuelvan

Los versos se me escapan de los dedos, huyen, ya no me toleran.

La realidad es otra cosa, ella ya no quiere ser la muerta.

Ya está harta de mi maleta repleta de maquillajes, vestidos y tijeras destinadas a trasquilar su esencia.

Todo ápice de buen trato entre mis ideas y el teclado se esfumó.

Ya no se llevan tan bien desde los últimos tumbos que dieron en el afán de dar con alguna decente composición.

La rima y la prosa se me escapan de la palma, como el agua cuando fluye y prescinde de ser limitada.

Es como si el arte que bailaba en mi sangre se coagulara, como si la fuente de mis líneas se secara, como si el cielo se hiciese de bronce y se extinguieran las palabras.

¡Oh versos míos! Ya no huyan, no se alejen ¡solo oigan!, solo vuelvan.

Vengan, den musicalidad y cadencia a los gritos de un alma poco inmune a la demencia.

A dar vida a la pálida que me mira sin paciencia, que poco ama, que desprecia. Que tan solo y solo espera ser vestida por la pluma y por tus letras.

Por favor, tan solo vuelvan.

…