Salto de Fe
Toda mi vida creí que perder era lo peor que podía pasar, pero sorpresivamente entendí que lo peor que puede pasar es ganar.
Recientemente conocí a una chica nada especial (me encantaría poder decir eso) ella es mucho más que una chica más, pero ese no es el punto de este texto. Aprender a perder es el nombre de un texto donde profundizo en las ventajas y el amor que debemos tomar frente a la derrota y al fracaso, pero en esta ocasión me he dado cuenta que nunca nos hemos detenido para aprender a ganar. Siempre nos preparamos para lo peor, pensamos en los escenarios más desastrosos, en todo lo que puede salir mal y en que esto saldrá mal.
Pero nunca nos detenemos a pensar y que tal sí sale bien, con esta chica me pasa todo lo contrario que con mis parejas anteriores pero sé en el fondo que no es “the one”, “la que estaba destinado a encontrar”, “llama gemela” ni “alma gemela” ni ningún titulo pomposo, pero es diferente a su manera. Me genera ansiedad, me querrá, seguramente se aburrirá de mi (lo cual es posible que pase) (no ha pasado (esta nota puede cambiar dependiendo la fecha en que leas esto), conoció a alguien más y como cliché de un clásico y estupido amor adolescente todo lo anterior sea real, puede que crezcamos y desarrollemos personalidades que se vuelvan irremediablemente incompatibles entre nosotros o puede que conozcamos a alguien más y eso esta bien, es parte de la vida.
