Damián Silva
Voces Jóvenes
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4 min readAug 15, 2019

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Cuando cursaba 4to año de secundaria, en el marco de una clase de filosofía, el profesor a cargo de la clase nos desafió a que nos respondiéramos una simple pero poderosa pregunta: “¿Quién soy?”

Nuestra primera reacción fue responder a dicha pregunta de forma genérica y automática, como cualquier hijo de vecino: soy fulanito, tengo tantos años, nací en tal lado y hago tal cosa. El profesor, con cierta picardía, nos respondió casi sistemáticamente: no les pregunté su nombre, ni su edad, ni en dónde nacieron ni qué hacen o a qué se dedican, les pregunté: “¿Quiénes son?”

En ese momento se pudo notar un silencio en el aula, como el del momento previo al desprendimiento de un iceberg. Todos nos quedamos pensando un largo rato reflexionando acerca de la profundidad que se escondía detrás de la aparente superficialidad de la pregunta, tan simple y cotidiana, pero que resultaba un poco incómoda y dificultosa de responder a la hora de indagar un poco más en ella.

Con este sugerente ejercicio, el profesor nos introdujo muy inteligentemente al magnífico libro sobre el cual trabajaríamos en los próximos meses de cursado: el hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl.

Es interesante ver la conexión que existe entre la pregunta de “¿Quién soy?“ y la búsqueda de sentido en la vida. Para intentar aclarar un poco esta relación, podemos dividir la pregunta en dos partes: en primer lugar, el “quién” hace referencia a la unicidad de nuestro ser, demuestra nuestra cualidad de únicos y nos remite a nuestra identidad, invitándonos a reflexionar qué es lo que nos hace único. En segundo término, el “soy” nos habla del Ser, no de las etiquetas que nos van o vamos poniendo a lo largo de nuestra vida. Cuando hablamos del Ser -o del Ser que habita en nosotros- la pregunta adquiere un sentido transcendental, invitándonos a reconocer todas las dimensiones del mismo (cuerpo, mente, alma y espíritu).

“si no nos narramos, no sabemos quiénes somos, y si no sabemos quiénes somos, no sabemos lo que tenemos que hacer”

Por otro lado, en el tiempo verbal que está formulada, hace foco en el ahora, en el presente, en quien soy hoy. Pero también el “quiénes somos” es producto de todos los acontecimientos y situaciones que le dieron forma a mi vida, nuestras raíces (familiares, sociales, educativas, culturales) son parte fundamental de nuestra identidad. “Quién soy” en definitiva, puede asemejarse con la naturaleza cuántica de un fotón, que es onda y partícula al mismo tiempo, somos la foto y también la película; somos nuestro presente, pasado y futuro, todo al mismo tiempo. Por lo tanto, nuestra identidad está íntimamente ligada al sentido, al “¿para qué estoy aquí?”, es decir, conocernos a nosotros mismos, conocer nuestra identidad más profunda, tiene que ver con buscar nuestro lugar en el mundo.

Emily Esfahani Smith, en su charla TED titulada “There’s more to life than being happy”, nos habla de su investigación sobre qué hace verdaderamente felices a las personas, y descubrió que la respuesta está es encontrar sentido en la vida. Según dicha investigación, hay cuatro pilares que le dan, individual o colectivamente, sentido a nuestras vidas como seres humanos.

El primer pilar es el de pertenecer, es decir, nos definimos a partir de los grupos humanos de los cuales formamos parte, pero no de cualquier grupo humano, solo de aquellos en los que nos sentimos valorados por nuestra idiosincrasia y se establecen vínculos y relaciones recíprocas.

El segundo pilar es el propósito. Acá hace una aclaración fundamental, el propósito no tiene ver con lo queremos lograr en la vida (con el ego), sino con lo que tenemos para dar, para regalarle al mundo, tiene que ver con el estar al servicio de los demás.

El tercer pilar para llevar una vida significativa lo relaciona con el hecho de trascender, con dejar un legado, una huella, con esa necesidad de que el mundo sea un poco mejor por haber estado aquí, por haber existido.

El cuarto y último pilar, y en mi caso el que más me sorprendió, es el arte del storytelling, pero para ser un buen contador de historias, sino el cuento de tu vida que te cuentas a ti mismo. Darnos cuenta que somos los autores y directores de nuestra propia película y que tenemos la capacidad de editarla, elegir a los personajes, los lugares, la trama, y todos sus componentes, puede ser sumamente revelador. Nos da el poder y la responsabilidad de vivir desde nuestra referencia interior. Tal como dice el filósofo Javier Mazza en en su charla TEDx, “si no nos narramos, no sabemos quiénes somos, y si no sabemos quiénes somos, no sabemos lo que tenemos que hacer”.

Para finalizar, creo que la búsqueda del sentido, no solo a nivel personal de cada uno, sino también como sociedad, e inclusive como especie, es el gran desafío de nuestra era. Reconocer que somos parte de un ecosistema más grande y que solo somos un eslabón más en el complejo y maravilloso ciclo de la vida, nos va a permitir aceptar con humildad nuestro rol dentro del mismo.

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Damián Silva
Voces Jóvenes

Business Coach | Lic. en Economía (UNR) | Diplomado en Marketing (APMKT)| Shaper en Global Shapers Community - Rosario Hub | TEDx Event's Organizer