Emprendedores Públicos

El futuro de la transformación pública latinoamericana

Gastón Sola
Voces Jóvenes
4 min readOct 14, 2019

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Si googleamos “Emprender” vamos a encontrar 62 millones de resultados. Si reducimos la búsqueda a “emprender en el sector privado” vamos a encontrar 52.800 resultados, si lo hacemos en el “sector social” nos ofrece 8.650 resultados, pero si buscamos “emprender en el sector público” solo vamos a llegar a 7 resultados.

Para el BID, la ineficiencia en la gestión pública en Latinoamérica y el Caribe representa el 4,4% del PBI regional según su último informe de 2018. Es decir que estaríamos destinando más de 4 puntos de nuestro PBI a un vacío que aparentemente no genera valor para la gente. Un dato polémico en cualquier parte del mundo pero mucho más polémico si acotamos el dato a un país como Argentina con más del 35% de personas en situación de pobreza. Esos 4,4 puntos del PBI regional rondarían 220.000 millones de dólares, una cifra que para el BID alcanzaría para erradicar la pobreza extrema en la región. En los últimos 20 años el presupuesto público regional aumentó cerca de 6 puntos en el PBI, pero dentro del presupuesto público la inversión pública perdió más de 8 puntos porcentuales frente a los gastos corrientes.

En algunas áreas pareciese que el sector público se tensiona entre discusiones profundamente ideológicas mientras que el sector privado y el social se orienta más en hacer que las cosas ocurran. Y esa diferencia conceptual sin duda construye una perspectiva cultural e institucional sólidamente sostenida en muchas áreas. Lo más interesante es que no solo ocurre esto dentro de cada sector, sino que también la sociedad frente a esta percepción de “ineficiencia del sector público” abre profundas discusiones entre quienes consideran que hay que reducir los impuestos y achicar el Estado y entre quienes sostienen que, al contrario, se debe aumentar el presupuesto público y ampliar el Estado. En esa grieta se escurre la decisión pragmática de que precisamos acordar que cada Peso que se destine a la gestión pública deba ser eficientemente destinado a una mejora para la sociedad, entendida en un sentido amplio y complejo. Es en este panorama que la discusión sobre la eficiencia en el uso de los recursos del Estado pasa a un segundo plano, frente a una discusión en muchos casos ideológica e históricamente compleja de resolver. La pregunta que queda abierta es si estamos dispuestos a trabajar por un Estado orientado a resultados.

¿Qué es y que implica un Estado eficiente? Sin dudas su aplicación puede diferir a lo largo del tiempo y dependiendo el sector. Hace unas semanas el nuevo presidente de El Salvador, en su discurso ante la ONU, dio una enérgica crítica a la pérdida de tiempo y dinero que significaba reunirse en la asamblea general de la ONU, con todos los funcionarios que cada país moviliza, cuando fácilmente podrían hacerlo en forma online para transmitir sus palabras. Posiblemente sea una simplificación que habilita el debate, pero este ejemplo solo es una de las puntas del iceberg que cuestionan la eficiencia del Estado si lo trasladamos al funcionamiento diario de los diferentes ministerios, secretarías, subsecretarías, direcciones y subdirecciones. En el sector público se reniega de los elefantes blancos mientras que en el sector privado se crean los unicornios del futuro. Sin dudas el Estado necesita nuevos iconos para abordar los desafíos de este siglo con una perspectiva humana y orientada a resolver los desafíos sociales y ambientales que enfrentamos.

En este marco, la necesidad de pensar el emprendedorismo público como un concepto para afrontar los desafíos latinoamericanos cobra relevancia. Emprender se vincula a desafiar el statu quo establecido: donde no hay nada crear algo nuevo, donde hay un proceso que no funciona hacer uno que funcione, donde algo nos interpela responder con una propuesta concreta. Emprender se trata de proactividad, de curiosidad, de cuestionar, de repensar y, por sobre todo, de hacer. En el momento en que decidimos si queremos emprender en el sector que sea, es que decidimos si queremos seguir siendo parte del problema o si buscamos ser parte de la solución.

En la complejidad del sector público, entre los cientos de intereses entrecruzados que aborda cada decisión de política pública, entre el andamiaje institucional fuertemente arraigado con un corte statu quoista y con la presión de la opinión pública, la necesidad de pensar un perfil de Estado emprendedor se hace central. En este paradigma ya no se trata primordialmente de pensar gestiones públicas con perfiles altamente profesionales que acumulen títulos académicos y años de experiencia, sino de perfiles altamente emprendedores que acumulen habilidades blandas y mindsets flexibles para afrontar los desafíos que la sociedad y la gestión pública latinoamericana del siglo XXI precisa. El manejo de la incertidumbre, el trabajo en resiliencia pública y la resolución de conflictos son habilidades claves que cualquier servidor público debería tener desarrolladas.

“Gestionar es hacer que las cosas sucedan”, de Bernardo Blejmar, es la frase escrita en la pizarra con que se encuentra cada persona que entra a la oficina pública en que trabajamos. En la segunda pizarra tenemos un cuadro Kanban que separa las tareas por orden de prioridad y ordena las tareas por hacer, las que se están haciendo y las hechas. Para quienes vienen del sector privado o social, esto puede resultar lo usual o mínimo. En el sector público esto resulta en una provocación. Y es que el sector público precisa de ser provocado hacia la acción, en servir y responder a los millones de personas que nos gobiernan y que deben, cada vez más, auditarnos.

Esta entrada no busca más que sumar un resultado a la búsqueda en Google de “emprender en el sector público” y de habilitar una discusión que todas las ciudadanas y ciudadanos debemos darnos sobre la administración pública que queremos para nuestra sociedad.

Trabajar por un Estado emprendedor que realmente resuelva las necesidades de la ciudadanía es una responsabilidad de todas y todos.

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Gastón Sola
Voces Jóvenes

Me gusta mezclar gestión pública, impacto social y educación | Parte de @GCBA y miembro de @GlobalShapersBA | Maestrando y Lic. en Logística