¿Mi casa es tu casa?

Brian Leonel Miño
Voy a preguntar todo
4 min readDec 3, 2019

Quizás has vivido un atrincheramiento a manos de algún familiar o amistades que no abandonan tu hogar, como suele sucederme. ¡Que sensación más incómoda ! sin embargo con el tiempo fui perfeccionando mi arte de invitar a retirar a mis inquilinos efímeros, sin la necesidad de tirarles agua hirviendo. ¡Ah las viejas épocas!

Dejando de lado esas invasiones al estilo del 1800, hay algo bello en recibir visitas. Abrir las puertas de nuestro pequeño mundo, nuestra intimidad, dejando al descubierto una naturaleza desconocida para muchas personas que nos “conocen”. Nuestro yo de entre casa, con esa remera a mal traer que en algún momento supo ver la luz del Sol y ahora se encuentra oculta en el confort de nuestro hogar junto a esas manías que le resultan un tanto extrañas a nuestrx huésped. Al parecer mostrar tu colección de monedas no es algo tan interesante como uno puede llegar a creer.

El tener amistades repartidas por el mundo, hace que eventualmente mi casa se convierta en el Hotel California, cualquier momento del año podés encontrarlo aquí. Aquí va el agradecimiento a mi familia que siempre ha apoyado esta costumbre y no me han echado aún. También hay que aclarar que si tengo una tonada muy entreverada y diversa, a pesar de ser tan porteño que Gardel se sonrojaría, es gracias a las transeúntes visitas que he recibido y me alegro de ello. En parte es responsable de mi interés en la comunicación y entender cómo nos entendemos entre humanos, aunque a veces son más malos entendidos que otra cosa los problemas que pueda llegar a tener con alguien. Hablar es sencillo. Comunicarse, no tanto.

Con los años me he labrado la fama de ser un gran guía turístico, destacándose lo gratuito de mi servicio. Esta práctica me ha llevado a ver, a la ciudad de la furia, a través de los ojos ansiosos y expectantes de una persona que quiere descubrir lugares escondidos y momentos que no va a poder representar en la vuelta a su hogar. Y retomando lo que decía sobre entenderse, presentar tu ciudad a una persona ajena a ella lleva aprendizaje en ambas direcciones. Es muy normal que termine aprendiendo mucho sobre el lugar de origen de mi visitante del momento y eso es, casi casi, como viajar. ¿Ya recalqué el casi? ¿no? Más que nada en el intercambio cultural, que apoya a que nos podamos conectar más, entendernos y eliminar prejuicios.

De mis múltiples visitas he aprendido varias cosas y quiero compartirlas en forma de una lista de consejos, que te convertirán en la persona ideal para recibir al mundo.

  1. Aprovechá a visitar uno de los tantos museos de tu ciudad. Le ayudará a comprender culturalmente donde está parada y nunca está de más aprender un poco sobre el lugar donde vivimos.
  2. Si quiere ir a un lugar al que ya fuiste muchas veces, no seas mala onda y no arruines su primera recorrida contándole todo. Te da mucha perspectiva escuchar que tiene para decir sobre tu ciudad alguien que no vive en ella.
  3. Usá el transporte público para moverte de un lado a otro. Eso le da entendimiento de cómo es la rutina en donde vivís.
  4. Usá la oportunidad para armarte un bonito book de fotos en tu ciudad. Tu Instagram te lo agradecerá.
  5. Es el momento ideal para visitar ese bar al cual siempre “ya vas a ir”. Tu corazón te lo agradecerá. Tu hígado no tanto.
  6. Incluí en tu rutina. Probablemente descubras cosas nuevas de tu día a día gracias a esa persona.
  7. Siempre es un buen momento para demostrar tus habilidades culinarias.
  8. Aconsejá para que compre los mejores recuerditos y quede de 10 con su gente.
  9. Cada persona tiene su ritmo, intentá adecuarte al de tu visita. Hay mucha gente que necesita su siesta para poder seguir. De nada Santiago del Estero.
  10. Tené la mayor cantidad de charlas con alguna bebida de por medio. Puede ser mate, tu hígado te lo agradecerá.
  11. No muestres tu colección de monedas a menos que tu visita se sienta genuinamente interesada en verla.

Seguramente se me está escapando algo, pero para enmendar tales faltas, te digo que lo más importante de ser parte de la agrupación anfitriona de amigos es empatizar con la persona que va a ser parte de nuestra casa por unos días. Entender sus necesidades, lo que le interesa y por qué eligió tu ciudad para pasear.

Quizás no viaje tanto como yo quisiera, pero recibir visitas es como tener pequeñas ventanas a nuevos lugares y culturas.

“El huésped dos alegrías da, una cuando viene y otra cuando se va” — Anónimo*

*¿Quién va a hacerse cargo de semejante frase no?

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Brian Leonel Miño
Voy a preguntar todo

Escribo para preguntarme cosas nuevas todos los días y lo comparto para crecer con los demás.