¿Tengo que ser siempre el mejor?

Brian Leonel Miño
Voy a preguntar todo
5 min readDec 10, 2019

Así dice la bella lírica de una canción que me pega justo en la zona nostalgiosa del corazón, sí es una zona, y que me ha introducido la idea de que se debe ser imbatible y estar en lo más alto.

Voy a aclarar que nunca capturé a los 151 Pokémon, ni me transformé en el mejor entrenador de toda la región Kanto. Y siempre me sentí en falta con el Profesor Oak. Aún siento como me juzga en 8 bits.

Quizás ahí comenzó mi relación con una pequeña voz interior, que con el tiempo fue creciendo. De vez en cuando, esa voz, me recordaba que no era tan bueno o que lo que hacía no era suficiente.

Esa sensación de no estar a la altura, es algo que suele acompañarme en los diferentes proyectos que realizo. Con el tiempo aprendí a no dejar que esa voz me frene al querer emprender nuevos desafíos.

No es novedad que al ser humano le encanta ponerle nombre a todo. Imaginate inventaron una palabra para algo que no se puede explicar con palabras*. Así que al efecto que produce en nosotros esta voz, lo bautizaron como Síndrome del Impostor.

*La palabra es Inefable, no te mates googleando.

Existen personas que han estudiado en profundidad sobre esto, como por ejemplo la Dra. Valerie Young, que plantea que este síndrome está más presente de lo que imaginamos. Siete de cada diez personas, alguna vez en su vida, lo han sufrido.

“Asumes que tu éxito es cuestión de suerte y nunca lo achacas a tu inteligencia sino a factores externos o al hecho de que hayas tenido que trabajar muy duro para lograrlo”

El no sentirme responsable de mis logros, es algo que con frecuencia aparece en mis días. Pero no es algo que suceda en todo lo que hago, sino en ciertas áreas.

Así me sucedió, por ejemplo, con un parcial de Psicología, en el cuál había estudiado mucho, pero sin embargo estaba seguro que no iba a aprobar. Luego llega la nota, un resplandeciente 7. Mi primera respuesta a eso fue “Nah, se habrán confundido. Quizás la página web cargó mal los datos”. Inmediatamente me quedé pensativo con esa frase. Lo primero que hice fue cuestionarme y no alegrarme por mi esfuerzo que dió sus frutos.

De esta voz, que eventualmente me molesta, escribió Danielle Krysa en su libro “your inner critic is a big jerk(tu crítico interior es un gran imbécil). Nos cuenta a través de sus páginas que durante sus entrevistas a diversos artistas, con grandes éxitos y reconocimiento, descubre la existencia de ese crítico interno que los atosiga. La diferencia se encuentra en que han aprendido a transformarlo en un aliado, que los impulsa a mejorar su trabajo.

He aquí una pequeña guía para amigarnos con la vocecita:

Paso 1: Identificá la Voz

¿Sabés cómo quién suena tu crítico interno? ¿Es la voz de un profesor censurador del pasado? ¿Proviene del poco apoyo creativo en tu infancia? ¿Será algún profesional de tu trabajo que critica tus proyectos? Para comenzar a silenciar a esa voz, debes entender de dónde se originó. Es importante ser consciente de que esa voz no es parte de vos. Es una colección de palabras y experiencias negativas que derivan de fuentes externas. No pertenece al interior de tu mente, a menos que pueda aprender a apoyarte.

Paso 2: Determiná el Ataque

¿Qué y cuándo tu crítico interno ataca? ¿Aparece sólo cuando escribís? Quizás se mantiene silencioso cuando cocinás una comida gourmet, pero tal vez aparece cuando pintás. A menos que prestes atención a esto, podés sentir que tu crítico interno está ahí 24/7 para vos, pero puedo casi garantizar que ese no es el caso. Se alimenta de la inseguridad. Cuando estás haciendo cosas que disfrutás, esfuerzos creativos que vienen facilmente hacia a vos, esa pequeña voz se desliza enfadada hacia la esquina de la habitación.

Paso 3: Desenmascará la culpa

Tu crítico interno puede escabullirse en tu vida en la forma de culpa. Esta culpa te convence de que tus metas son frívolas y que enfocarte en ellas es una pérdida de tiempo. Tu crítico interno florece en esa culpa, es como un hongo creciendo en una habitación húmeda y cálida. Solo imaginá si todo el mundo cayera en esto. ¿Qué tal si Leonardo da Vinci hubiera sentido que pintar la Mona Lisa fuera una pérdida de tiempo? ¿O si J. K. Rowling hubiera permitido a la “culpa de madre” detenerla en su escritura de los libros de Harry Potter? Cuando desenmascaras esa culpa ¿A quién encontrarás? ¡Si, es tu crítico interno escondiendose ahí atrás! Maldito escurridizo.

Fuente: Your inner critic is a big jerk. Autora Danielle Krysa

Lo importante es comenzar a aliarte con esa vocecita, vos tenés el control sobre ella.

Aceptá cumplidos sobre las cosas que hacés, sin justificarte, te lo merecés. Y cuando dudes en lo que estás haciendo, recordá por qué vos lo estás haciendo y no otra persona.
No creo mucho en el azar, veo todo como una gran sumatoria de causas y efectos. Aunque aún no entiendo bien su correlación, seguramente será algo en lo que curiosearé próximamente.

Seguí impulsandote y apoyándote en tus aptitudes y habilidades. Apuntá a ser la mejor versión de vos mismo y no la mejor en algo,no necesitamos ese tipo de presión en nuestras vidas. No le encuentro mucho sentido en poner el foco afuera para mejorar individualmente.
Te cuento que tengo el software Leonel v2.019, a veces se traba pero generalmente anda bien.

Así que salí a la calle a capturar la mayor cantidad de Pokémon que vos puedas. Quizás no atrapás los 151, pero quién te dice agarrás algún que otro legendario.

“Siempre recuerda que no solo tienes el derecho de ser un individuo, sino que tienes la obligación de serlo”

-Eleanor Roosevelt

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Brian Leonel Miño
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Escribo para preguntarme cosas nuevas todos los días y lo comparto para crecer con los demás.