La solución del Ejército de Tierra estadounidense a los problemas de la Guerra Urbana: utilizar bazookas

Los soldados prueban un nuevo modelo del Carl Gustaf

War Is Boring
War Is Boring

--

por ROBERT BECKHUSEN

En 1946 dos suecos llamados Hugo Abramson y Harald Jentzen diseñaron el Carl Gustaf, que en aquel momento no parecía más que otro cañón sin retroceso. Muchas de estas armas cayeron en desuso en los años siguientes a medida que los misiles contracarro ocupaban su lugar.

Sin embargo, el Carl Gustaf perduró con un cometido diferente al que habían pensado Abramson y Jentzen en los años 1940. Por un lado, actualmente destaca como un gran arma contrainfantería gracias a su alcance, bajo precio y tipos de munición.

A los soldados les encantan los 84 mm. de diámetro del Carl Gustaf, y no es difícil adivinar por qué. Se trata de un arma bastante práctica para la infantería a pie, especialmente a largas distancias, y genera un rebufo bestial, así que se hace muy divertido dispararla. El Ejército de Tierra estadounidense tuvo en servicio unas cuantas armas de este tipo con unidades de Operaciones Especiales, y se hicieron tan populares que el Ejército empezó a distribuirlas por todas las unidades.

No está mal para un arma cuyo primer modelo se remonta hasta hace 70 años. Desde luego ha cambiado mucho en siete décadas.

El Ejército estadounidense incluso está probando un nuevo modelo del Carl Gustaf denominado M4, que en EE.UU. se conoce como M3E1. En pocas palabras, se trata de un cañón tremendamente potente que libera la presión generada por la combustión explosiva que impulsa al proyectil a través de una tobera en la parte trasera del tubo lanzador.

Hay que ser muy temerario para ponerse detrás de un Carl Gustaf cuando dispara.

No es exactamente un lanzacohetes, aunque el Carl Gustaf puede disparar proyectiles que llevan un pequeño cohete para impulsarlos más lejos. Entre la amplia variedad de municiones figuran proyectiles de alto explosivo, proyectiles con cabeza contracarro, proyectiles fumígenos y proyectiles cargados con dardos para destrozar.

Soldados suecos disparando con un antiguo modelo de Carl Gustaf. Vídeo de Daniel Lindhold

La guerra en Afganistán tuvo mucho que ver con que el Carl Gustaf volviera al servicio activo con los soldados estadounidenses. Los combatientes enemigos hostigaban a los soldados estadounidenses desde larga distancia y desde detrás de una cubierta, por lo que resultaba difícil devolverles los disparos. Un misil lanzado desde un avión que orbita sobre la zona o disparado por un lanzador Javelin al hombro llega lo suficientemente lejos, a un precio de unos 80.000 dólares por misil.

Cada proyectil de Carl Gustaf cuesta, a lo sumo, el tres por ciento de ese precio y proporciona un alcance eficaz de 1.000 metros si se trata de un proyectil impulsado por un cohete. Así que no es de extrañar que al Ejército de Tierra estadounidense le encante este arma.

En general el diseño del tubo lanzador no ha cambiado. La sueca Saab, fabricante de este arma, ofrece el modelo M3E1 con una serie de mejoras evolutivas especialmente indicadas para la guerra urbana. Este modelo es un poco más pequeño y pesa unos 7 kilos, tres kilos menos que el actual modelo M3.

El peso del M3 es una cosa que a los soldados no les suele gustar. Además, en vista de que los soldados modernos llevan mucho equipo en la cabeza, Saab perfeccionó el diseño para hacerlo más ergonómico y ajustable. Incómodo no es como se quiere sentir un soldado cuando dispara un proyectil de alto explosivo en un combate urbano.

Asimismo, el M3E1 incorpora una interfaz para visores “inteligentes”, que permiten al soldado programar los proyectiles de explosión aérea para que exploten justo encima de un punto determinado.

No olvides que el atractivo comercial del Carl Gustaf radica en que es barato, simple y devastador en el campo de batalla. Pero como es lógico el tubo se desgasta con el uso. Así que Saab incluyó en el diseño un dispositivo que registra el número de disparos que se realizan con cada tubo lanzador.

El problema con el actual modelo M3 es que a los soldados del Ejército de Tierra estadounidense se les exige que apunten en una libreta el número de disparos que realizan con cada tubo lanzador. Este número tiene que ser exacto. Si existe alguna duda en cuanto al historial de disparos de un M3 en concreto, el Ejército estadounidense reduce a la mitad la vida útil de ese tubo lanzador.

En cualquier caso, el Pentágono podría empezar a disponer del M3E1 a finales de 2017, en cuanto el Ejército finalice las pruebas y esté satisfecho con el resultado. Si es así, este cañón sin retroceso sueco puede que continúe disparando durante las próximas décadas.

Traducido por Jorge Tierno Rey, autor de El Blog de Tiro Táctico.

--

--