Alerta roja tras llegar al mes sin lluvia

La sequía meteorológica que continúa en julio ha causado estragos en la zona oriental de El Salvador y otras partes del Corredor Seco de Centroamérica.

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Debería llover mucho más en esta época del año, pero en ciertas localidades se presentaron sequías severas o extremas. Foto: WFP/Rocío Franco.

“En sequías previas, el periodo más extenso sin lluvia fue de 31 días en el departamento de La Unión,” explica Luis Bran, coordinador del proyecto de resiliencia al cambio climático del Programa Mundial de Alimentos (WFP) en El Salvador. “Durante esta sequía ya registran 34 días sin lluvia en algunas regiones del país.”

Al emitir las alertas naranja y roja en las zonas más afectadas por la sequía, las autoridades nacionales informaron que los cultivos de maíz se perdieron en su totalidad o parcialmente en ciertas localidades, afectando a mas de 77,000 productores que dependen de la agricultura para subsistir. Las autoridades también constataron daños agrícolas en 143 municipios, de los cuales mas de la mitad han sufrido sequía extrema. En cuanto a la temperatura, reportaron que se registró un récord histórico para el mes, llegando a 41.1℃ el 20 de julio.

El maíz es un grano fundamental en la dieta centroamericana. Foto: WFP/Rocío Franco.

Finalmente llovió después de 34 días consecutivos sin precipitaciones, pero se pronostica que no lloverá mucho en los próximos meses debido al fenómeno El Niño.

Mitigando los daños

La reforestación priorizando áreas de recarga hídrica; la construcción de acequias con fosas de infiltración, de barreras vivas y muertas; el uso de abonos orgánicos y verdes; y el almacenamiento de agua en reservorios, semillas y cultivos diversificados con riego son algunas de las técnicas que ayudan a gestionar los riesgos en la agricultura.

Reforestación: “Un millón de hectáreas es poquito para un país como Brasil, pero un millón de hectáreas en El Salvador significa entre el 45 y el 47% del territorio nacional.”

El Gobierno tiene el objetivo de reforestar cerca del 50% del país para el 2030. Angel Ibarra, Viceministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pone en perspectiva el ambicioso plan: “Un millón de hectáreas es poquito para un país como Brasil, pero un millón de hectáreas en El Salvador significa entre el 45 y el 47% del territorio nacional.”

Los árboles ayudan a combatir el cambio climático, previniendo la erosión del suelo y bajando las temperaturas, entre otros beneficios. Foto: WFP/Rocío Franco.

Llegar a dicha meta representaría “cambiarle la cara al país y ponerle una cara reforestada que sea capaz de enfrentar los impactos crecientes que el cambio climático está generando,” dice el Viceministro Ibarra.

Las comunidades más afectadas por el cambio climático están trabajando hombro a hombro para mejorar su presente y futuro. Han implementado cambios para ir adaptándose a la nueva realidad.

La reforestación empezando con viveros comunitarios (izq.) y la construcción de acequias (der.) son un par de actividades que permiten a comunidades rurales salvadoreñas paliar los efectos negativos del cambio climático. Fotos: WFP/Rocío Franco.

WFP, con el apoyo de la Unión Europea y junto al Gobierno y municipios, les acompaña en su camino a lograr sus objetivos.

El enfoque del proyecto es que los productores en el área oriental del país, que se ve mas afectada por sequías y otros eventos naturales, “se adapten a la situación actual y real,” explica Andrew Stanhope, Director de País de WFP en El Salvador. “El fenómeno El Niño viene impactando su modo de vida hace muchos años y el pronóstico es que seguirá así.”

El Sr Stanhope destaca que las comunidades que participan están aprendiendo a manejar sus recursos. Están viendo alternativas a las siembras tradicionales del maíz y el frijol, por ejemplo, y están trabajando en el buen manejo del agua y la conservación de suelo.

El agua es vital en cualquier lugar, pero especialmente en comunidades donde escasea. Foto: WFP/Rocío Franco

Dichas obras, explica el Sr Bran, “han permitido la filtración de más de 300,000 m³ de agua y contribuido a que no se agote en pozos y sistemas de agua administrados a nivel comunitarios principalmente para el consumo humano.”

“Las comunidades se dan cuenta de que la recuperación les va a permitir volver a producir y tener más seguridad alimentaria.”

Hasta el momento, las comunidades ya han construido 100 reservorios de agua y 100 sistemas de riego por goteo que las familias pueden usar por hasta 20 días sobre todo para la producción de hortalizas.

Fotos: WFP/Rocío Franco

“El Salvador tiene la particularidad de que es un país pequeño, donde se ha desgastado mucho la tierra debido a la agricultura,” dice Erik Kristensen, Agregado de Cooperación de la Unión Europea en El Salvador. “Las comunidades se dan cuenta de que la recuperación les va a permitir volver a producir y tener más seguridad alimentaria.”

Según Kristensen, esta premisa se aplica a otros países de la región: “El problema de la sequía no acaba en la frontera. Hay que atacarlo juntos a nivel regional.”

Gracias al apoyo de la Unión Europea, WFP trabaja para construir resiliencia y asegurar los medios de vida de 900 familias salvadoreñas a lo largo del Corredor Seco.

Esta nota es parte de una serie producida por WFP y el equipo de redes sociales de Naciones Unidas.

Conoce más sobre el proyecto “Respuesta al Fenómeno El Niño — PRO ACT”

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Norha Restrepo
Historias del Programa Mundial de Alimentos

Comunicadora Regional del WFP para América Latina y el Caribe / WFP Regional Communications Officer for Latin America and the Caribbean