“Antes no nos veíamos. Estábamos invisibilizadas”

Martha Matute cuenta su experiencia en ocasión del Día de las Mujeres Rurales en Nicaragua.

Martha Matute es ejemplo de superación para su familia, su comunidad y su país. En medio de las adversidades que enfrentan las mujeres rurales, hoy es lideresa y emprendedora. Foto: WFP/Sabrina Quezada Ardila

Invisible. Así fue como se sintió durante muchos años Martha Matute, una agricultora del norte de Nicaragua quien compartió su experiencia en el conversatorio virtual: “Mujeres rurales, sistemas alimentarios y autonomía económica: desafíos y alternativas que tejen en sus territorios”, realizado en ocasión del Día Internacional de las Mujeres Rurales que se celebra el 15 de octubre.

“Estábamos invisibilizadas. Las mujeres enfrentamos muchos desafíos y la única forma en que hemos podido salir adelante es a través de las capacitaciones”, expresó Matute al tomar la palabra en el foro organizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP).

Aunque las mujeres rurales son las productoras del 50% de los alimentos en el mundo, en muchas sociedades la tradición impone que sean los hombres los primeros en comer y, además, quienes reciban los mejores alimentos. Foto: WFP/Sabrina Quezada Ardila

Cuatro productoras de granos básicos representaron a las mujeres rurales nicaragüenses en esta actividad que formó parte de la campaña “Mujeres Rurales, Mujeres con Derecho”, dedicado a las mujeres del campo, indígenas y afrodescendientes de todo el mundo.

Matute, representó a la Cooperativa Nuevo Horizonte, mientras Ethelvina Gómez participó por la Cooperativa Multifuncional 27 de junio “Paz y Reconciliación”, organizaciones que forman parte del Programa Impulsando la Seguridad Alimentaria y Nutricional a través de la Resiliencia Económica, implementado por WFP con financiamiento de la Unión Europea.

Ethelvina Gómez (derecha) acompañada por el grupo de mujeres de su cooperativa que imparten talleres de educación financiera a otras mujeres del campo. Foto: WFP/Sabrina Quezada Ardila
Giorgia Testolín, Representante de WFP en Nicaragua.

“Las vivencias y experiencias de las mujeres rurales marcan pautas que dejan el legado a las nuevas generaciones de continuar levantando sus voces porque ellas son quienes promueven el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”, dijo la Representante de WFP, Giorgia Testolín al inaugurar el conversatorio. “Garantizar los derechos de las mujeres rurales es requisito para lograr una sociedad más justa y humana”, agregó.

En representación de los programas que FAO implementa en Nicaragua participaron Cristian Guzmán Merlo y Yahaira Calero, quienes compartieron sus vivencias con el personal de Naciones Unidas que se unió al conversatorio.

Mujeres líderes y emprendedoras

Mujeres organizadas intercambiando experiencias y conocimientos con socios y socias de cooperativas agropecuarias como parte del Programa Impulsando la Seguridad Alimentaria y Nutricional a través de la Resiliencia Económica, financiado por la Unión Europea. Foto: WFP/Sabrina Quezada Ardila

Mujeres agricultoras de 20 organizaciones se han integrado a módulos de formación que incluyen temas como la construcción de identidades de género; autoestima; género, poder y violencia y liderazgo empresarial, entre otros. Así mismo, se capacitaron en temas productivos y de postcosecha, educación financiera (ahorro, administración del crédito, fijación de precios, técnicas de negociación, contabilidad básica), en la elaboración de planes de negocio, y organización y cooperativismo.

“A través de ese enriquecimiento de conocimientos hoy puedo calcular el costo de lo que produzco y puedo fijar el precio en que vendo mi producción”, dijo Matute. “Diversifico mi parcela y puedo manejar mi crédito. Antes solo los hombres podían recibir créditos”, afirmó.

Uno de los mayores orgullos de esta lideresa es haber logrado la gestión de un proyecto de agua para resolver el desabastecimiento del vital líquido que enfrentaba su comunidad. “Por 20 años gestionamos un proyecto de agua sin conseguirlo. Hoy me siento orgullosa como mujer de ser la líder del proyecto que en 2019 benefició a 130 familias y 500 habitantes en mi comunidad “, dijo Matute originaria de Las Mercedes, Jalapa, Nueva Segovia.

El Embajador de la Unión Europea, Pelayo Castro, visitando a una familia de pequeños agricultores que han mejorado su abastecimiento de agua gracias al financiamiento de la Unión Europea. Foto: WFP/Sabrina Quezada Ardila

A través del programa financiado por la Unión Europea, WFP junto a la Cooperativa Nuevo Horizonte impulsó otros 8 programas similares que brindaron el acceso a agua potable a las familias rurales.

Por ahora, la meta de Matute es lograr que más mujeres se empoderen y se capaciten. “Ahora nos toca a nosotras reforzar y retroalimentar a nuevas mujeres. Para que ellas también salgan adelante, tengan activos y reciban los beneficios de ser mujeres organizadas, especialmente las nuevas generaciones”, expresó.

En el conversatorio participaron mujeres rurales y el personal de Naciones Unidas en Nicaragua

Durante el conversatorio, Iván León, Representante de FAO, dijo que cerca de la mitad de la población rural de América Latina son mujeres y el 20% de ellas pertenecen a pueblos indígenas.

“Las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes son agricultoras, recolectoras, pescadoras o asalariadas y tienen un papel muy importante en la producción y el abastecimiento de los alimentos. Además, son guardianas de la semilla, de los bosques, de las aguas, y son aliadas claves para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), señaló León.

Conoce más sobre el trabajo del WFP en Nicaragua.

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