Colmados son piezas clave en respuesta alimentaria a la crisis del coronavirus

En la República Dominicana, las bodegas son un lugar de reunión social y un elemento distintivo del barrio o comunidad.

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Los colmados son tiendas de barrio que ofrecen una rápida solución en barrios y comunidades de la República Dominicana. Foto: WFP/Karolyn Ureña

Durante la pandemia de la COVID-19, el sector minorista ha jugado un rol crucial para garantizar el acceso de la población a los alimentos de la canasta básica. En un contexto global donde las grandes superficies están poniendo en jaque al comercio de proximidad, los “colmados”, “bodegas”, “abarroterías” o “tiendas de la esquina” brindan en muchos países soluciones rápidas y de fácil acceso para que las personas obtengan lo que necesitan.

Las claves son varias y, paradójicamente, ninguna de ellas tiene que ver con una ventaja en los precios: la variedad de los productos ofrecidos, la flexibilidad y amplitud de horarios, la posibilidad de comprar en pequeñas porciones o al detalle, la comodidad del servicio gratuito de entrega a domicilio e incluso las facilidades de pago y de crédito. Muchas veces, también, son el comercio más cercano o el único físicamente accesible.

Fachada del colmado Peravia, en Santo Domingo. Foto: WFP/Marcelle Rodríguez

Un elemento distintivo de los barrios

No es de extrañar, en este sentido, que el programa de protección social más importante del país, Progresando con Solidaridad (Prosoli), haya elegido a los colmados como principales comercios a través de los cuales las familias pueden canjear las transferencias monetarias que reciben mensualmente para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación.

De este modo, la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS) o brazo administrativo del programa, aglutina más de 5,000 de estos pequeños comercios en lo que se denomina “Red de Abastecimiento Social”.

El Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) trabaja desde hace 10 años apoyando al sistema de protección social de la República Dominicana, fortaleciendo su dimensión nutricional y, más recientemente, mejorando su preparación para cumplir un rol más activo en la respuesta a choques, especialmente climáticos.

Aunque laCOVID-19 no estaba en los planes, esta preparación fue fundamental para poder adaptar de manera rápida el programa regular de protección social y convertirlo en el programa de transferencias en emergencia “Quédate en Casa”.

En todo el país, 5,000 colmados forman parte de la Red de Abastecimiento Social. Foto: WFP/Karolyn Ureña

Mediante un aumento del monto de las transferencias regulares a las familias beneficiarias de Prosoli y la inclusión temporal de nuevas familias, el programa “Quédate en Casa” es la herramienta más importante que ha utilizado el gobierno dominicano para dar respuesta a la crisis socioeconómica provocada por las medidas tomadas para enfrentar la pandemia.

La ADESS y el WFP esperan garantizar el abastecimiento suficiente de los pequeños comercios para que éstos puedan adaptarse al aumento en la demanda asociado al incremento de las transferencias y de las familias beneficiarias.

Una guía de medidas preventivas para los colmados

Con el apoyo del WFP, se preparó una guía que compila medidas preventivas de seguridad e higiene orientadas al sector comercial minorista de alimentos en el contexto del coronavirus, en línea con los lineamientos internacionales del IASCA y de acuerdo a las recomendaciones realizadas por las autoridades del gobierno dominicano para las empresas que prestan servicios esenciales para el público durante el período de confinamiento.

El colmado Peravia, ubicado en la ciudad de Santo Domingo, es un ejemplo de la correcta aplicación de estas medidas y una muestra del compromiso de su propietario Jottin Manuel Pimentel Amadis para evitar el contagio de sus empleados y consumidores. Estos son los pasos que el colmado Peravia sigue para aplicar las medidas de higiene mientras sirve a sus clientes.

Paso 1: Cinco (5) es el número mágico

Para evitar aglomeraciones, solo se permite un máximo de cinco personas dentro del establecimiento y se recomienda que solo una pueda realizar la compra para toda la familia.

Los colmados tienen en inventario una gran cantidad de productos para sus clientes. Foto: WFP/Karolyn Ureña

Paso 2: Lavado y desinfección

Antes de entrar al comercio, el personal aplica desinfectante para manos con una base de al menos 70% de alcohol a los consumidores. El personal del comercio también se lava las manos con regularidad.

A la entrada del comercio, un personal brinda desinfectante de manos a los clientes antes de ingresar al comercio Foto: WFP/Marcelle Rodríguez

Paso 3: Distancia

Se exige una distancia mínima de dos metros entre personas en el comercio y también en las filas de espera en el exterior. Ayudan de manera importante las señales en el piso que indican las distancias recomendadas en las filas y entre los clientes y el cajero.

Consumidores esperan su turno para entrar al comercio. Foto: WFP/Marcelle Rodríguez

Paso 4: No olvides tu mascarilla

Tanto los empleados como los consumidores deben usar de manera obligatoria mascarilla mientras se encuentran en el establecimiento.

Un despachador de productos cárnicos dentro del colmado. Foto: WFP/Marcelle Rodríguez

Esta iniciativa se enmarca en la estrategia del WFP de acompañamiento al sistema de protección social y de fortalecimiento de la resiliencia de la cadena de suministros del sector minorista de la República Dominicana y se realizó gracias al financiamiento de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (DG ECHO).

Conozca más sobre el trabajo del Programa Mundial de Alimentos frente a la COVID-19. Oprima aquí.

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Marcelle Rodríguez
Historias del Programa Mundial de Alimentos

Part communicator part humanitarian. Writing for WFP Dominican Republic #SalvarVidas#CambiarVidas