El agua, vital líquido

Es un recurso limitado en el Corredor Seco.

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Esta microcuenca era mucho mas pequeña hace unos años debido sobre todo a la deforestación. Foto: WFP/Rocío Franco.

Llueve en Yarula, Honduras. Caen las gotas por un largo rato sin parar creando una fina cortina de agua. No hay viento. Los árboles que protegen del sol, mantienen la temperatura agradable y purifican el aire, también son útiles como paraguas.

Hay docenas de pinos alrededor de la microcuenca de agua que está situada en el departamento de La Paz. Fueron sembrados para evitar la erosión y la evaporación del agua. En esta zona propensa a sequías relacionadas con el fenómeno El Niño, no llueve lo suficiente. Por lo tanto, gestionar el agua es vital.

El Corredor Seco no es un desierto, pero sí propenso a sequías que a veces son severas. Por ello, es importante gestionar el agua de lluvia. Foto: WFP /Rocío Franco.

Andrea Jiménez, técnico ambiental que coordina la respuesta al fenómeno El Niño entre municipios, explica que el agua en temporada de lluvia se perdería sin los árboles: “El árbol lo que hace es captar el agua y mantenerla en la zona. Esto permite que en el invierno tengamos permanentemente agua.”

Esta cuenca de agua anteriormente estaba deforestada, comenta Nahún Otoniel Chicas, enlace municipal para el proyecto de resiliencia al cambio climático del Programa Mundial de Alimentos (WFP). Como resultado, la microcuenca “ya en abril y mayo estaba seca, y no teníamos agua.”

La alcaldía luego compró 20 hectáreas e invirtió, con el apoyo de WFP, en la reforestación. El Sr Chicas dice que “con el proyecto de agroforestería se sembró una parte de los árboles que están aquí ahorita y se fue recuperando la fuente.” El proceso tomó unos cuatro años. A medida que iban creciendo las plantas, iban protegiendo mejor el agua.

Las imágenes satelitales de WFP muestran la diferencia que hace reforestar en el nivel de agua de esta microcuenca en Yarula.

Tanto la Sra Jiménez como el Sr Chicas hablan del impacto negativo que ha tenido en la conservación del suelo y el agua la tala de árboles, los incendios forestales y la ampliación de la siembra del café.

Talar árboles para ampliar cultivos “sería un retroceso”. Estamos reforestando, entonces “nos estaríamos contradiciendo.”

“A veces la población se dirige a querer solo producir para el momento,” dice el Sr Chicas. Entonces se concientiza a las comunidades y beneficiarios de juntas de agua para que comprendan que “si nosotros queremos tener producción o tener otros objetivos, tenemos que iniciar por cuidar los árboles y proteger las microcuencas.”

Comunidades en La Paz plantan pinos y otros árboles para reforestar la zona. Participantes en el proyecto (abajo) los fertilizan. Fotos: WFP / Rocío Franco.

Las comunidades que se benefician de esta microcuenca tienen sistemas de riego y están produciendo.

Si bien es importante para la agricultura, el agua se usa netamente para consumo humano, aseo personal, la cocina, el lavado y otras actividades del hogar. Por ejemplo, Esmeralda Martínez, participante junto con su familia del proyecto de WFP, tiene un repositorio de agua y cántaros en su cocina. Como no tiene conexión de agua en su casa de Zacate Blanco, Yarula, ella se surte regularmente del vital líquido.

Esmeralda Martínez en su cocina, donde guarda agua en cántaros para cocinar y otras tareas del hogar. Su marido Samuel Pineda se dedica en su campo a una agricultura variada y sostenible. Fotos: WFP / Rocío Franco.

Otro problema que afectó tanto a los árboles como al agua fue la plaga de gorgojo que hizo que, como dice la Sra Jiménez, se perdiera “una cantidad exagerada de bosque.”

Debido al cambio climático, plagas y enfermedades han aumentado su rango de acción, dice Aníbal Zúniga de WFP. El Sr Zúniga es ingeniero agrónomo y trabaja en el monitoreo y evaluación del proyecto de la organización en La Paz, el cual opera en seis municipios y beneficia a más de mil familias.

La roya destruyó plantaciones de café, uno de los mayores patrimonios de la zona. Entre otras cosas, WFP apoya a pequeños productores a mejorar variedades de café ya existentes sin aumentar la frontera agrícola.

El café es una de las plantas que las comunidades cuidan en este vivero comunitario de La Paz. Foto: WFP / Rocío Franco.

Como las comunidades y sus socios están trabajando en la reforestación, “sería un retroceso” talar árboles para cultivar más café, dice el Sr Zúniga. “Nos estaríamos contradiciendo.”

A lo largo de la vida del proyecto se ha ido trabajando con las comunidades en empoderarlas para que lideren actividades de conservación de agua y suelo, como ser a través de la reforestación. Felizmente, van avanzando, como se puede ver en esta microcuenca y otras zonas afectadas por sequías.

Los árboles ayudan a mantener la humedad en esta microcuenca hondureña. Imagen: WFP / Rocío Franco.

Gracias al apoyo de la Unión Europea, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) trabaja para construir resiliencia y asegurar los medios de vida de familias hondureñas a lo largo del Corredor Seco.

Esta nota es parte de una serie producida por WFP y el equipo de redes sociales de Naciones Unidas.

Conoce más sobre el proyecto “Respuesta al Fenómeno El Niño — PRO ACT”

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Norha Restrepo
Historias del Programa Mundial de Alimentos

Comunicadora Regional del WFP para América Latina y el Caribe / WFP Regional Communications Officer for Latin America and the Caribbean