¡Hoy comeremos carne!

La canícula prolongada destruyó sus cultivos de maíz, fuente de alimentación e ingresos. Las familias hondureñas del Corredor Seco luchan para suplir sus necesidades.

Hetze Tosta
Historias del Programa Mundial de Alimentos
3 min readApr 11, 2019

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María Electicia en la entrada de su casa en el Corredor Seco. Foto: WFP/Hetze Tosta

Más de 65.000 familias — entre productores de subsistencia, jornaleros y personas en situación de vulnerabilidad — perdieron sus cultivos producto de la sequía en el Corredor Seco de Honduras. El gobierno emitió un decreto de emergencia para los 74 municipios afectados.

Una de esas familias la forman María Electicia, su esposo Noé (a quien conoció cuando tenía 15 años) y sus hijos en la aldea de Panasacarán, municipio de San Francisco de Coray, en el sur de Honduras. San Francisco de Coray es uno de los municipios más pobres del departamento de Valle, en el Corredor Seco.

Migraron para buscar trabajo

Aunque han vivido en la pobreza, el alimento nunca les faltó en la mesa, contó María Electicia, pero comenzó a escasear luego de la sequía.

Noé invirtió todo lo que tenían ahorrado para la siembra de maíz, de donde cosecharían para su consumo y para la venta. “Nunca llovió, el maíz nunca se crió y lo perdimos todo”, dijo María Elicticia.

“Hemos tenido que dejar nuestra casita e irnos al departamento de Olancho a buscar trabajo ya que todo lo que había sembrado Noé se perdió”: María Electicia.

María Electicia y su hijo Eduardo conversan con el embajador de Alemania, Thomas Wriessnig, y el Sub-comisionado de COPECO, Carlos Cordero, durante una visita a la aldea junto al WFP. Foto: WFP/Hetze Tosta

Fue un duro golpe. María Electicia y Noe dejaron su casa y junto a sus hijos se trasladaron a las montañas en Catacamas, en el departamento de Olancho, para cortar café durante un mes.

Allí les pagaban 25 lempiras (US$1.00) por galón de café recolectado. En un día de trabajo, la pareja recolectaba entre 5 y 6 galones (US$6.00), pero los gastos en el pasaje del autobus y la comida no les permitió ahorrar mucho.

Según un documento del WFP, una familia pobre utiliza, en promedio, hasta un 63% de sus ingresos para la compra de alimentos.

Terminada la cosecha de café, regresaron a su aldea, pero “la situación en Panasacarán es muy difícil, pues aquí ni trabajo se encuentra”, dijo María Electicia.

María Electicia y su hijo Eduardo secan la carne al sol frente a su casa en la aldea de Panasacarán. Foto: WFP/Hetze Tosta

Las transferencias de efectivo

El Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el gobierno de Honduras, con apoyo del gobierno de Alemania, están brindando asistencia alimentaria a las familias afectadas en Panasacarán mediante la transferencia de efectivo.

Con la contribución de 1.1 millones de euros del gobierno alemán, unas 11.350 familias están siendo apoyadas con una transferencia en efectivo, la cual les permite comprar los alimentos que necesitan, útiles escolares o cubrir cualquier otra necesidad.

María Electicia ha comprado víveres. “Ha sido una bendición para mi familia y ¡hoy comeremos carne!”, exclamó con un gran sonrisa ya que hacía tres meses que no comían carne.

Como en su comunidad no hay electricidad, ni mucho menos un refrigerador, nuestra entrevistada colocó la carne que compró al aire libre para secarla, una técnica usada para deshidratarla y conservarla para su consumo.

María Electicia, Noé y uno de sus hijos frente a su casa. Foto: WFP/Hetze Tosta

“Gracias a este dinero que nos han dado no solo hemos comprado los alimentos que mi familia necesita, también compramos unos cuadernos para que los cipotes [niños] puedan ir a la escuela”, dijo Noe, quien ansía que pronto vuelva a llover para poder sembrar.

El Programa Mundial de Alimentos, junto a las autoridades, continúa monitoreando la situación en el Corredor Seco Centroamericano, en especial tras la aparición del fenómeno de El Niño desde mediados de febrero de 2019.

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Hetze Tosta
Historias del Programa Mundial de Alimentos

Periodista con más de 20 años de experiencia, responsable de comunicaciones y relaciones con socios y cooperantes en WFP Honduras.