La cocina es cosa de todos

Conoce la historia de Darwin (nombre protegido), un refugiado colombiano que participa en un modelo de asistencia a personas vulnerables en Ecuador.

Foto: HIAS/2017

Darwin, Lorena (nombres protegidos) y sus dos hijas llegaron a Ecuador tras huir de las amenazas que recibieron por parte de un grupo armado en Colombia. En enero del 2016 ingresaron al modelo de asistencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para personas vulnerables en condición de movilidad humana.

“Desde que llegué a Ecuador no he dejado de luchar por el bienestar de mi familia, pese a todas las dificultades sociales y económicas que implicó el reiniciar nuestras vidas lejos de casa”, afirma Darwin mientras prepara una nutritiva ensalada de frutas durante una de las capacitaciones sobre nutrición en las que participa.

Darwin asiste mensualmente a las capacitaciones nutricionales que brinda el PMA en conjunto con sus socios locales, y ha sido él quien mes a mes replica sus conocimientos en su hogar. Durante una de las capacitaciones nutricionales impartidas por nuestro socio HIAS (Organización Hebrea de Ayuda a Inmigrantes y Refugiados), Darwin celebra sus logros personales.

“Aprendí a aprovechar más los nutrientes de los alimentos, varío los ingredientes de mis comidas y trato de que mis platos sean coloridos, combinando los grupos de alimentos que dispongo en mi hogar”, menciona Darwin. “Mis hijos han mejorado su salud y no han tenido cuadros alérgicos ni diarrea”, agregó.

En la cocina, Darwin conversa con representantes de HIAS y otras participantes del programa capacitación nutricional para migrantes. Foto: HIAS/2017

Gracias a su compromiso con la cocina familiar, Darwin se ha involucrado más en el cuidado de los niños. “Mi casa tiene un ambiente cálido y armonioso, la preparación de los alimentos se ha convertido en uno de los momentos de mayor interacción familiar”.

Foto: HIAS/2017

“La asistencia que recibimos por parte del PMA nos permite contar con alimentos cada mes, además hemos aprendido recetas nuevas y nutritivas al mismo tiempo que mejoramos nuestros hábitos de consumo. Ahora separo los alimentos, los lavo con mayor atención y busco que el espacio en donde cocino esté aseado”, afirma Darwin.

Seis meses después de recibir la primera asistencia alimentaria, Darwin y Lorena lograron constituir un fondo de ahorro para emprender en un pequeño negocio de calzado.

Anteriormente sus ingresos eran tan irregulares que no podían adquirir los materiales necesarios para que su pequeño negocio se estabilizara. Esta situación también limitaba su capacidad para comprar alimentos sanos.

En la actualidad Darwin y su familia han culminado su proceso en el programa de nutrición con el PMA y HIAS, han mejorado su seguridad alimentaria y han logrado alcanzar una estabilidad económica que les permite asegurar su alimentación todo el año.

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