La nueva rutina de Misael

Estudia en casa durante la cuarentena. También cambió su dieta para incluir huevos caseros, su alimento favorito.

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Misael disfruta de un plato de zanahoria y güisquil. Fotos: Cortesía/Numan Flores

Al igual que millones de niños alrededor del mundo, Misael, de 9 años, ha dejado de asistir a la escuela. Cuando el gobierno de El Salvador suspendió las clases el pasado 11 de marzo, Misael cambió su rutina y su hogar se convirtió en su nueva escuela en esta cuarentena nacional.

Misael, un niño amoroso, estudioso y lleno de energía, vive con sus padres y su pequeño hermano en un cantón en el oriente de El Salvador, ubicado en el Corredor Seco centroamericano. La zona ha sido golpeada por sequías prolongadas en los últimos cinco años producto de los efectos del cambio climático.

La familia de Misael: su mamá, su hermano, Misael y su papá. Foto: Cortesía/José Flores

Su nueva rutina comienza a las 6:00 am, un poco más tarde que en aquellos días en que asistía a clases. Da los buenos días a su familia, se desayuna y comienza sus deberes escolares con el apoyo de sus padres. Sus actividades escolares, de 3 a 4 horas diariamente, siguen una guía de tareas que le envió su maestra y que su papá imprimió en un cibercafé cerca de su casa. Los padres están muy orgullosos de Misael: en sus calificaciones predominan el 9 y el 10.

Luego de desayunar, Misael realiza sus deberes escolares durante tres o cuatro horas diariamente y bajo la supervisión de sus padres. Luego comparte la consola de videojuegos con su hermanito. Fotos: Cortesía/Numan Flores

“La materia que más le gusta y que con más ganas estudia es la matemática”, comenta su papá.

Cumplidos los deberes escolares, Misael y su hermano juegan a la pelota, con la consola de videojuegos o con su caballito de plástico. En su búsqueda del balance entre los estudios y los juegos, los padres tienen otro aliado para sobrellevar la cuarentena: la hora de las comidas.

Su momento favorito

Si hay un momento de gran alegría para esta familia es la hora de la comida. Como residentes del Corredor Seco, la familia de Misael y sus vecinos han experimentado la pérdida de cultivos de maíz y frijol por las sequías. Sentarse a la mesa para comer yogurt, arroz, cuajada, semita (pan dulce) y otras comidas tiene un significado especial.

La mamá de Misael dice que come de todo, pero prefiere el refresco de limón, los frijoles y, especialmente, los huevos en tres preparaciones: estrellados, en torta o cocidos a término medio. Le gustan tanto que come más de uno al día.

La mamá de Misael, Sulma, le prepara un delicioso huevo estrellado. Fotos: Cortesía/Numan Flores

Pero, ¿cómo una familia que perdió cosecha tras cosecha logró mejorar su alimentación e incluir huevos en medio de una cuarentena nacional?

Desde el 2017, la familia de Misael participa en un programa de respuesta al cambio climático, financiado por la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA). Ellos y otras familias ahora tienen árboles frutales, una parcela de hortalizas que cultivan solo en época lluviosa, obras de conservación de suelo y agua en sus terrenos, y han participado en capacitaciones técnicas y nutricionales.

“En las charlas de nutrición aprendí que debía comer frutas y alimentos que llevan hierro”, comentó Sulma, mamá de Misael. Asegura que se divirtió mucho y que ahora sabe cómo preparar tacos y tortillas de colores que llevan remolacha y chipilín, y que puede cocinar con poco aceite.

Nutritivas tortillas de colores son ricas en vitaminas y minerales, poseen alto contenido de fibra y son una forma atractiva de introducir vegetales en la dieta. Foto: WFP/Gabriela Cladellas

Tras recibir charlas técnicas sobre la siembra, la familia de Misael recibió una variedad de semillas de hortalizas y vegetales que plantaron en su huerto casero: pepinos, pipianes y chiles guaco.

“Antes del huerto comíamos menos vegetales ya que había que comprarlos en el mercado. Hoy comemos bastantes chiles asados, pipianes salcochados y rellenos de chile huacos”, mencionó Sulma.

Los huevos llegan a la casa de Misael

En noviembre del 2019, la familia de Misael estuvo en el grupo de 200 familias seleccionadas por el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) para recibir 20 aves mejoradas para criarlas en el patio.

A finales de marzo de 2020, justo cuando se anuncia la cuarentena en El Salvador, las aves había comenzado a poner huevos y la familia de Misael los incluyó en su dieta. El huevo es un alimento que contiene 6 gramos de proteínas y alrededor de 150 calorías.

“Gracias a Dios, con las gallinitas no nos faltan los huevos. Antes del programa nos costaba bastante conseguir huevos. No siempre había y ahora no nos faltan”, dijo Sulma.

Misael disfrutando en su hamaca de una tortilla, cuajada y un huevo . Fotos: Cortesía/Numan Flores

Quien más disfruta de esta nuevo adición al menú familiar es precisamente Misael. “A veces se acuesta en su hamaca con una tortilla y un huevo, cuajada o frijoles fritos”, cuenta Sulma. Así que, mientras dure la cuarentena, Misael seguirá disfrutando de su alimento favorito.

Lee más acerca del trabajo del WFP en El Salvador.

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