Las secuelas del coronavirus afectan a familias pobres en Guatemala
La COVID-19 impactó la economía del país y repercutió en las familias en situación vulnerable.
El calor en Suchitepéquez alcanza casi los 30 grados. La humedad hace que la espera se sienta más lenta para las personas que junto a Mercedes Chabanoc esperan para recibir la dotación de alimentos otorgada por el Ministerio de Agricultura de Guatemala. Sin embargo, la mirada de Mercedes transmite alegría porque llevará maíz, frijol negro, aceite vegetal, harina de maíz, azúcar, avena, arroz y sal para alimentar a su familia.
En su casa la esperan cuatro hijos adolescentes y su esposo adulto mayor. Viven en la Aldea Juan Pavallal 1, ubicada en el municipio de Santo Tomás La Unión, departamento de Suchitepéquez, a cuatro horas de Ciudad de Guatemala.
Mercedes, al igual que miles de familias del país, es beneficiaria del Programa de Apoyo Alimentario ejecutado por el Gobierno de Guatemala que consiste en brindar una ración de alimentos básicos para que una familia de cinco miembros pueda alimentarse durante dos meses.
Las condiciones establecidas por el Gobierno guatemalteco para la selección de personas beneficiarias establecen que los hogares no deben tener acceso a energía eléctrica y que en su núcleo familiar debe convivir algún miembro adulto mayor, niñas y niños menores de 5 años de edad o personas con discapacidad.
Los ministerios de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) y de Desarrollo firmaron un convenio con el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) para la compra y transporte de los alimentos, y garantizar la transparencia, la competitividad, los estándares de calidad y la entrega oportuna a los beneficiarios.
En Guatemala se declaró el primer caso de COVID-19 el 13 de marzo. La emergencia sanitaria tuvo efectos inmediatos en la economía del país al momento que varias industrias se detuvieron y cambiaron su forma de desempeñar labores. Esto afectó directamente la economía de las familias.
Mercedes ha estado preocupada porque se quedó sin ingresos. Desde que comenzó la pandemia, no ha logrado encontrar los trabajos que realizaba antes como jornalera en la producción agrícola o en trabajos domésticos. La ración de alimentos que recibió ha sido un gran alivio.
Mientras Mercedes se despide y se retira del lugar, intento tomarle una fotografía. Se percata y responde con una sonrisa. Su mirada de ansiedad cambió por una de tranquilidad. Mientras la economía se restablece y el país comienza a adaptarse a la nueva normalidad, Mercedes y su familia podrán alimentarse durante las próximas semanas.