Las variaciones climáticas y eventos extremos entre los causantes del repunte en el hambre en el mundo

El nuevo informe estima que 821 millones de personas estaban subnutridas en 2017, en comparación con las 815 millones el año anterior.

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El 11 de septiembre de 2018, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), y la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaron conjuntamente el último informe sobre el “Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”.

Alimentada por el conflicto y el cambio climático, el hambre ha estado aumentando durante dos años consecutivos, revirtiendo una tendencia decreciente prolongada. Foto: WFP/Rein Skullerud

Estos son los mensajes clave del informe:

1. Nuevas evidencias señalan que el hambre está aumentando en el mundo y que se está revirtiendo la tendencia después de una prolongada disminución. En 2017, se estima que el número de personas subnutridas aumentó a 821 millones o sea una de cada nueve personas en el mundo.

2. Aunque se siguen realizando algunos avances en la reducción del retardo en talla de los niños, los niveles siguen siendo inaceptablemente altos. Casi 151 millones niños menores de 5 años — o más del 22% — se vieron afectados por el retardo en talla en 2017.

3. La emaciacion sigue afectando a más de 50 millones niños menores de 5 años en el mundo y estos niños tienen un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad. Además, más de 38 millones niños menores de 5 años tienen sobrepeso.

Más de una quinta parte de los niños del mundo están subnutridos. Foto: WFP/Hussam al Saleh

4. La obesidad en adultos está empeorando y más de uno de cada ocho adultos en el mundo — o más de 672 millones — son obesos. La subnutrición y el sobrepeso y la obesidad coexisten en muchos países.

5. La inseguridad alimentaria contribuye al sobrepeso y a la obesidad, así como a la subnutrición, y las altas tasas de estas formas de desnutrición coexisten en muchos países. El mayor costo de los alimentos nutritivos, el estrés de vivir con inseguridad alimentaria y las adaptaciones fisiológicas a la restricción de alimentos ayudan a explicar por qué las familias con inseguridad alimentaria pueden tener un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad.

6. El escaso acceso a los alimentos aumenta el riesgo de bajo peso al nacer y el retardo en el crecimiento en los niños, que se asocian con un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad más adelante en sus vidas.

7. La exposición a fenómenos climáticos extremos más complejos, frecuentes e intensos amenaza con erosionar y revertir los avances logrados para acabar con el hambre y la desnutrición.

Los cambios en el clima afectan la seguridad alimentaria y la nutrición y son el principal impulsor de las crisis alimentarias severas. Foto: FAO/FIDA/WFP/Michael Tewelde

8. Además de los conflictos, las variaciones climáticas y los eventos extremos están entre los principales factores que explican el reciente repunte del hambre mundial y una de las principales causas de las crisis alimentarias graves. El efecto acumulativo de los cambios climáticos está socavando todas las dimensiones de la seguridad alimentaria: disponibilidad de alimentos, acceso, utilización y estabilidad.

9. La nutrición es altamente susceptible a los cambios en el clima y conlleva una pesada carga como resultado, como se ve en la alteración de la calidad de los nutrientes y la diversidad dietética de los alimentos producidos y consumidos, los impactos sobre el agua y el saneamiento, y los efectos sobre los patrones de riesgos para la salud y enfermedades, así como cambios en la atención materna, el cuidado de los niños y la lactancia materna.

10. Las acciones deben ser aceleradas y ampliadas para fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación de los sistemas alimentarios, los medios de subsistencia de las personas y la nutrición en respuesta a la variabilidad y los extremos del clima.

11. Las soluciones requieren una mayor colaboración y una financiación a gran escala de varios años de los programas integrados de reducción y gestión de los riesgos de desastre y de adaptación al cambio climático que son de corto, mediano y largo plazo.

Las alianzas y la financiación plurianual serán claves para abordar los desafíos del hambre y la nutrición. Foto: WFP/Miguel Vargas

12. Las señales de aumento de la inseguridad alimentaria y de los altos niveles de las diferentes formas de subnutrición son una clara advertencia de la urgente necesidad de un trabajo adicional considerable para garantizar que “no dejemos a nadie atrás” en el camino hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en seguridad alimentaria y nutrición.

Lea el informe completo aquí.

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