“Mis hijos disfrutan comer”

Después de dejar a su esposo, Yuri (I.P.)* ingresó a un centro de acogida para mujeres maltratadas que le devolvió la esperanza.

Elio Rujano
Historias del Programa Mundial de Alimentos
3 min readJan 15, 2019

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El centro de acogida recibe a mujeres y a sus hijos pequeños. WFP las apoya brindando asistencia alimentaria. Foto: WFP/Paola Solís

Yuri huyó de Colombia al Ecuador junto a su esposo e hijos para refugiarse de la violencia armada que azotó a su comunidad. Sin embargo, la violencia doméstica la acompañó de la mano de su esposo.

“Recién ingresamos comenzaron las dificultades. Mi ex esposo me maltrataba mucho, llegaba borracho y drogado a la casa”, contaba Yuri.

Se armó de valor y lo denunció por maltrato ante las autoridades ecuatorianas. Su decisión la obligó a salir de la casa con sus hijos, pero no sabía a dónde ir. Regresar a Colombia no era opción.

Afortunadamente, su abogada le recomendó ir a la casa de acogida Manos Unidas Tejen un Futuro, que recibe apoyo del Gobierno Autónomo Municipal de Tulcán y del sector privado, junto al Programa Mundial de Alimentos (WFP).

“No tenía idea de a dónde iba, pero sabía que iba a estar bien”, dijo esperanzada esta mujer de 28 años. “Me apoyaron en todo, fue un descanso llegar aquí”, agregó.

La casa de acogida

Las recetas nutritivas pueden ser encontradas en la cocina de la casa de acogida. Foto: WFP/Elio Rujano

Manos Unidas Tejen un Futuro, ubicada en Tulcán, provincia de Carchi, Ecuador, atiende a mujeres maltratadas de diferentes nacionalidades: ecuatorianas, colombianas, venezolanas y argentinas.

La casa tiene capacidad para albergar a 40 personas, incluyendo a las mujeres y sus hijos. El lugar es custodiado por agentes femeninos de la policía local.

Mientras ellas arreglan su situación legal en los tribunales, pueden permanecer en la casa de acogida. Además de recibir asesoría y ayuda, las mujeres preparan sus propias comidas con alimentos proporcionados por WFP.

“Por fin se estabilizó lo de la comida”

Amparo Chiles, psicóloga de la casa de acogida, indicó que las mujeres se turnan para preparar las comidas con los alimentos y recetas nutritivas entregadas por el WFP. Foto: WFP/Paola Solís

“Antes, si nosotros desayunábamos, no almorzábamos”, aseguró Yuri. Tras establecerse en la casa de acogida, sintió que “se estabilizó lo de la comida” porque comían platos nutritivos tres veces al día. Éstas comidas son preparadas con alimentos comprados en comercios locales mediante cupones electrónicos proporcionados por el WFP.

Las mujeres se turnan para preparar los alimentos, pero Yuri no sabía cocinar. Así que aprendió siguiendo algunas recetas nutritivas proporcionadas por el WFP y por las agentes de la policía que custodian el lugar. Hoy prepara arroz, carnes sudadas, aguado de pollo, sopa de arrocillo y colada de camarones, pero sus platos favoritos son la sopa de lentejas, el arroz con camarones y la ensalada de brocoli.

“Mis hijos se comen con gusto todo lo que les preparo, disfrutan de sus comidas y eso me motiva”, dijo Yuri, quien aseguró que su próximo reto será usar las recetas del WFP para preparar arroz con quinua y quimbolitos de quinua.

Conozca cómo el Programa Mundial de Alimentos y sus socios están respondiendo a la crisis regional de los migrantes en Colombia y en el Ecuador.

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Elio Rujano
Historias del Programa Mundial de Alimentos

Periodista, trabajador humanitario en @WFP_ES. Las opiniones expresadas son propias. Journalist, humanitarian worker at @WFP_ES. Opinions are my own.