“Nuestro trabajo es llegar a la gente. No nos podemos detener”

En sus 15 años en WFP en República Dominicana, Elisabet Fadul ha cambiado los trámites administrativos por la acción, manteniendo la misma pasión.

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Elisabet baja de un helicóptero de la Marina de Estados Unidos para participar de la operación de emergencia tras el paso del huracán Dorian por las Bahamas en 2019. Foto: WFP/Elio Rujano

¿Quíen diría que una joven dominicana activista, universitaria, llena de sueños, que llegó a una pasantía mientras se graduaba, llegaría a coordinar y participar de grandes proyectos y emergencias en todo el mundo?

Si alguien me lo hubiera dicho, no me lo hubiera creído.

Mi historia en las Naciones Unidas comienza recién salí del bachillerato, cuando participé como voluntaria en el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en el tema de los derechos de los jóvenes. En 2005, mientras aún estudiaba mi carrera universitaria, fui contratada en el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) para ayudar en labores administrativas.

Tuve que leer y estudiar mucho

En WFP, empieza mi camino de aprendizaje. Tuve que leer y estudiar mucho para poder entender el rol de la organización desde el punto de vista de administración y finanzas. Al inicio fue una experiencia muy fuerte, pero de esa forma aprendí a adaptarme a cualquier contexto, mientras seguía con mi universidad y también con el activismo juvenil.

Por esos días se negociaba con el Gobierno dominicano la permanencia del WFP en el país. A mis 20 años me tocó participar de varios grupos y misiones y aprender sobre la marcha, ya que éramos una oficina con cinco personas.

A la izq, el huracán Noel causó inundaciones y graves daños en la República Dominicana en 2007. Aquí vemos a Elisabet en sus incipientes actividades administrativas en WFP durante la emergencia por el huracán Noel. Fotos: WFP/Elio Rujano y Alejandro López-Chicheri

Entonces vino el huracán Noel en 2007. Como éramos una oficina pequeña, recibimos apoyo de la Oficina Regional del WFP para hacer frente a la emergencia. Aquí aprendí sobre compras y logística en emergencias, y coordiné el monitoreo de la operación.

A finales de 2007 fui coordinadora de un proyecto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Gabinete Social. Es ahí cuando comienza la gran relación de la oficina del WFP con el gobierno y mis primeros pininos articulando y estableciendo vínculos con contrapartes.

“Me llena de energía, optimismo y esperanza que las diferentes poblaciones pueden salir adelante en los momentos dificiles”.

Mi experiencia internacional

En el 2010 ocurre el terremoto de Haití y participé en la operación logística. Aprendí sobre el recibo de embarques aéreos y las reservas de camiones para enviar a Haití. Luego quedé a cargo del transporte y toda la coordinación de la operación logística, lo que involucró muchas misiones a Haití. Debido a la magnitud de la emergencia, la coordinación logística fue transferida a un equipo en Haití.

Elisabet ha tenido gran experiencia en emergencias y en el trabajo logístico. A la izq, supervisa una bodega en República Dominicana durante la pandemia COVID-19. A la der, etiqueta algunas cajas en las Bahamas por la emergencia del huracán Dorian. Fotos: WFP/Elio Rujano y WFP/Archivo

Luego de Haití, estuve en Paquistán por las inundaciones en 2010 para coordinar la logística por tres meses. En 2013, me integré al clúster logístico de las Naciones Unidas luego del tifón Haiyán en las Filipinas.

En 2016, apoyé en la implementación del sistema COMET — una herramienta tecnológica para el monitoreo y evaluación de las operaciones en las oficinas de país del WFP — en Sudáfrica, Madagascar, Sudán del Sur y en la región centroamericana.

Elisabet en compañía de Edita Horrell en Ecuador en el 2016. Foto: WFP/Archivo

Formé parte del equipo del WFP que brindó asistencia técnica en emergencias y cadena de suministro a las autoridades en Ecuador (terremoto 2016) y en Perú (inundaciones por el Niño Costero en 2017). También participé en las respuestas de emergencia por los huracanes María (Dominica, 2017) y Dorian (Bahamas, 2019). En Cúcuta, Colombia, apoyé la distribución de cupones para comprar alimentos entre la población migrante.

“Trabajar en el campo me apasiona pues puedo romper los pequeños obstáculos que impiden que la ayuda llegue a quien la necesite, especialmente en logística”.

Gran orgullo dominicano

Una de mis grandes satisfacciones ha sido ver la evolución de nuestro rol como organización en la República Dominicana. Estuve involucrada en toda la negociación con el gobierno para el componente de nutrición del programa de protección social conocido como Prosoli (Progresando con Solidaridad). Empezamos con capacitaciones y el proyecto se amplió a escala nacional, en donde me tocó coordinar con la parte técnica en nutrición.

Para esa época ya empezamos a tener una oficina grande en donde pasé a coordinar la parte de programas y logística. Eso se ha ido ampliando al área de gestión de riesgo y en asistencia al plan estratégico de país. Hoy día, el WFP tiene aproximadamente 50 colaboradores en la República Dominicana.

Elisabet durante un evento del Sistema de las Naciones Unidas en 2019. Foto: WFP/Karolyn Ureña

La gente que asistimos está primero

Debido a la pandemia por la COVID-19, la intensidad del trabajo ha aumentado. Y el trabajo del WFP es llegar a la gente, a los más necesitados. No nos podemos detener. Trabajar con el propósito de alcanzar el hambre cero me hace sonreír y me llena de esperanza.

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