El alma de las empresas

Siempre he sentido esto del emprendimiento como una vocación. Y su resultado, una empresa, como un elemento vivo que respira a través de sus productos, logos, redes sociales y por supuesto trabajadores.

Siempre he mantenido que las empresas tienen alma, quieren llegar a algún sitio, de una forma concreta, con un cierto sentimiento. Pero cada día creo que las que cumplen este perfil son rara avis, más que probablemente en peligro de extinción.

Escucha un podcast en que hablen sobre una campaña de márketing de alguna empresa fuerte. Verás que todo son números, porcentajes, grupos de personas con tal o cual característica. Luego le dan una capa de chapa y pintura a los números para que brillen bien en la tv y listo, tenemos campaña exitosa.

Lo mismo pasa con la mayoría de productos de empresas, ya que solo buscan que casen con el mercado, (habitado por una mayoría de mediocres sin criterio) importe o no que el resultado final no se alinee con los valores o el sentir de la empresa. Aquello se saca porque los números cuadran y la cosa parece controlada como para asegurar beneficios. (Véase la gran cantidad de programas de tv bochornosos que existen y lideran audiencias)

Todo esto me lleva a pensar si soy aún un ignorante del funcionamiento del mundo, que cree que las cosas hay que hacerlas como deban ser, lo mejor posible, y no porque al final del camino haya un dorado lingote con forma de $.

En cualquier caso, al menos en lo que a mí respecta, me seguiré fiando más de aquellas organizaciones que tengan una misión clara, razonablemente tangible, de la que pueda sentirme partícipe. Porque sí, esto de los negocios creo que va de eso, de sentimientos, de la búsqueda del progreso, de interacciones entre humanos y no de fríos unos y ceros.

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