Este negocio cierra
Seguramente te haya ocurrido la típica situación en que vas paseando por la calle y te cruzas con un negocio del que instintivamente te surge el comentario “este negocio cierra”.
A mí me sucede muy a menudo, ya que no es díficil encontrar un nuevo emprendimiento en una calle que sabes que no es la idónea por falta de afluencia de gente, o directamente un servicio que sabes que no tiene razón de ser tal como se ha planteado, o más aún, antes de entrar ya ves que no da la talla.
Suelen ser negocios que categorizo de última oportunidad, o de idea feliz, sin una visión de crecimiento real, mas allá de crearse un autoempleo después de un tiempo de paro, sin detenerse a discernir si aquello no es acaso dilapidar ahorros sin sentido.
Y en más de una ocasión así lo parece. Montar una tienda en una calle solitaria es una mala idea. Claramente. Pero es curioso que no parece estarlo tanto cuando puedes encontrar estas localizaciones sin mucho esfuerzo. (Luego nos sorprenderemos de que no entra casi nadie al negocio)
Hay otros que se notan parcos, escasos de cuidado en la decoración del local, falta de productos, ofertas muy tempranas en papeles cutres… Se ve venir el problema.
Y desde luego la solución más eficaz es cerrar. Cerrar cuanto antes. Esto de los negocios es como el póker, cuanto antes te retiras menos pierdes y puedes jugar otra ronda, teniendo más conocimiento sobre tus adversarios y quizá más suerte.
Pero curiosamente, estos negocios duran bastante más de lo razonable para el movimiento que tienen. ¿Por que ocurre esto?¿El miedo al fracaso?¿Debería esto primar a una decisión estratégica?
La realidad es que en muchas ocasiones parece ser así. Ya que en estos paseos al final se confirma una y otra vez no haber clientes, no mejorar la imagen, nada. Y finalmente, y tras muchos meses, cerrar. (Yo diría que con una tasa de acierto del 85% o más, por desgracia)
Soy el primero que sabe que emprender es muy difícil, pero también sé que hay que jugar dándolo todo y pivotar rápidamente si la cosa no funciona y que además, no todo el mundo está preparado para esto. Y lo más flagrante es que se ha puesto de moda y parece que todo el mundo debe hacerlo, y en mi opinión, crear negocios sin la actitud necesaria en quien lo funda, puede ser una fábrica de pobres.
La gran pregunta es, ¿Tan difícil era verlo venir?¿O soy yo que veo pegas donde otros no?
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