Reseña del documento “Mayoral, J. M. (1998). Un recorrido por la contabilidad positiva. Revista Española de Financiación y Contabilidad, 427–467”

Dr. Juan Monterrey Mayoral

El, ampliamente premiado, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales Juan Monterrey Mayoral, quien es un catedrático ilustre y a quien, además le agrada compartir sus conocimientos con el mundo, siendo así conferenciante en muchas partes del mundo sobre temas abordados por la contabilidad, nos presenta en este documento lo que su investigación ha arrojado acerca de la llamada contabilidad positiva, de quien se preocupa de una manera, más bien histórica y a la cual pretende mostrar a profundidad, ilustrandonos sus orígenes, el por qué de su existencia y como se ha venido desarrollando hasta el día de hoy.

La contabilidad positiva es un paso adelante en términos de la forma de abordaje, con respecto a la inmediatamente anterior contabilidad normativa; en este caso la contabilidad positiva presta más atención a aquellas consecuencias (vistas desde lo económico) que pueda tener la forma en la que se aborda la contabilidad y se producen normas alrededor de ella.

El autor nos muestra que los grandes impulsores o influyentes en los términos de positivismo dentro de la contabilidad son la Teoría de la Firma y la Teoría Financiera quienes se encargan de romper con los paradigmas anteriormente abordados por el común de normativismo, por su lado el “ver para prever” de la Teoría Financiera que introduce conceptos importantes a la toma de decisiones por medio de la información contable, lo que la hace directamente relacionarse con la revisión de su producto y no precisamente con la producción en si; mientras que la forma de introducir conceptos a esta misma toma de decisiones por parte de algunos autores influyeron bastante a la hora de tratar las organizaciones y es allí donde la contabilidad empieza a ver el problema, no solamente en el análisis de precios, sino que permite que trascienda más a los costos e incluso para ser más específicos los llamados “costos de transacción”. Si nos paramos en la contabilidad teniendo en cuenta estos dos factores, no podemos ser indiferentes a los conflictos de interés que se iluminan en los diferentes actores de la contabilidad, estos nos hace ver a la contabilidad como una variable interna o endógena, que más bien es parte de un algo (la economía) y no tiene, precisamente, autonomía.

Ver la contabilidad desde una forma positiva nos proporciona, lo que al parecer de los académicos del momento, era la solución menos errónea y por la cual se debe estudiar las decisiones de los actores que influyen dentro de la creación de la contabilidad, es allí donde el enfoque “más amplio” que toma la contabilidad positiva se queda corto, porque no es capaz de abordar de forma completa las diferentes problemáticas, ni la forma en la que la investigación se preocupa por ellas.

Cuan importante se vuelve el debate en estos casos, es importante tener en cuenta que la “opción menos errada” no es precisamente la más conveniente a usar, pero en el caso de la contabilidad positiva vemos que fue así, es por esto que esta forma ha sido preponderante durante muchos tiempo, basta ver que el autor estaba escribiendo de ella hace ya veinte años, revisar seriamente las tendencias de la contabilidad en términos de su investigación o simplemente su forma de abordaje o de normatización es una tarea que debería afanarnos seriamente a todos los contables, ya que no es una tarea fácil, pero es una responsabilidad importante.

Julián Higuera, estudiante de Contaduría Publica, Universidad Nacional de Colombia

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